La calabaza es la gran protagonista de Halloween pero en la Vega Baja del Segura es mucho más. Forma parte de la historia, es identidad gastronómica y también es un cultivo de referencia porque la comarca es la principal zona productora de toda la provincia de Alicante y la segunda de la Comunidad Valenciana.
Un fruto humilde y ancestral que Convega, al amparo de la marca territorio ‘Vega Baja del Segura _tu tierra y la mía’, pone en valor por formar parte de la esencia de su gastronomía a través de dulces típicos como las gachas con arrope y calabazate.
Según la tradición, durante la noche de los difuntos, las familias antiguamente preparaban una gacha de harina y agua para tapar las grandes cerraduras con el fin de evitar que las almas entraran en las casas. La mezcla que sobraba se acompañaba del arrope y calabazate, un líquido muy singular que se obtiene de cocer mosto de higo durante horas, hasta lograr una reducción, y el calabazate es una mezcla de trozos cocinados con cal de calabaza, boniato y melón; entre otros.
El sonido popular de Todos los Santos
El arrope y calabazate tiene su particular sintonía y es otra de las curiosidades que giran alrededor de este dulce. En los días previos a esta celebración, los artesanos del sur de Valencia se desplazaban hasta la comarca para venderlo de forma ambulante al grito de “arrrrroooope y ca-la-ba-za-teeeee” alargando las sílabas como si fueran afiladores.
Ese sonido anunciaba que el otoño había llegado de verdad y las familias salían a la calle para comprar el arrope. Estos artesanos llevan siglos desplazándose hasta la Vega Baja para venderlo, primero a lomos de burros con alforjas, posteriormente en vehículos motorizados y, últimamente, ya es más frecuente encontrarlo en conserva en comercios locales de la comarca porque su preparación requiere mucho tiempo, mientras que para las gachas apenas se necesitan unos 15 minutos, tal y como viene recogido en esta receta.
Buñuelos y tortas de calabaza
Con la calabaza también se elaboran otros dulces típicos de la comarca, como los buñuelos de calabaza, que se fríen y espolvorean con azúcar o las tortas de calabaza bañadas en miel.
Una rica cultura culinaria porque la Vega Baja es tierra de calabazas. En su huerta fértil, entre limoneros y alcachofas, las calabazas encuentran el clima perfecto para crecer.
La comarca es la principal zona productora de calabazas de la provincia y la segunda de la Comunidad Valenciana. Concentra más del 30% de la superficie cultivada en la provincia con cerca de 130 hectáreas destinadas a este cultivo en la Vega Baja de las más de 400 hectáreas que hay en toda la provincia.
La dulzura que nos hace únicos
Mientras Halloween avanza con luces, disfraces y calabazas huecas, en la Vega Baja del Segura la tradición resiste entre ollas y recuerdos. Recetas sencillas que aprovechan los productos de temporada y que mantienen viva una forma de entender la cocina basada en la cercanía y el respeto por el ciclo natural.