La Guardia Civil de Alicante ha informado hoy del rescate de una tortuga de la especie Caretta caretta que se encontraba enganchada en un conjunto de botellas de plástico empleadas, probablemente, para señalizar artes de pesca ilegales.El ejemplar, que fue trasladado a las instalaciones de la Fundación Oceanogràfic para su recuperación, fue encontrado por una embarcación del Servicio Marítimo que se encontraba realizando labores de vigilancia en las inmediaciones de la Isla de Tabarca.Este suceso tuvo lugar este domingo día 24 de julio, hacia las 16.30 horas, mientras los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Alicante prestaban un servicio de vigilancia en las inmediaciones de la Isla de Tabarca cuando observaron en el agua dos botellas de plástico que flotaban unidas por un denso cabo de hilo de plástico. Este sistema es empleado con frecuencia para balizar artes de pesca ilegales.Para sorpresa de los agentes, una tortuga boba tenía una de sus aletas atrapada en el artificio, impidiéndole nadar correctamente ni sumergirse, y por lo tanto, tampoco alimentarse.Se aproximaron hasta ella para rescatarla. Con sumo cuidado y cogiéndola siempre desde el caparazón para no dañar sus extremidades, la subieron a la embarcación para colaborar a su liberación. Después fue trasladada hasta las instalaciones de la Fundación Oceanogràfic, donde los expertos trabajarán en su recuperación para hacer posible el regreso del ejemplar a su hábitat natural.La Caretta caretta, también conocida como tortuga boba, habita en el océano Atlántico, Pacífico e Índico, así como en el mar Mediterráneo. Está clasificada como una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). El comercio internacional en esta especie es considerado ilícito.Por otro lado, a las0 9:30 horas de este martes, la Guardia Civil de Alicante recibió una llamada alertando de que había sido avistado otro ejemplar de tortuga boba desovando en la arena de una playa de Guardamar del Segura.Las Patrullas del Seprona aseguraron la zona para evitar que la tortuga fuera molestada, requeridas por el biólogo experto en el programa de nidificación, junto a personal del Ayuntamiento de Torrevieja y de Cruz Roja, y hasta la llegada de los especialistas de la Universidad de Valencia y de la Fundación Oceanogràfic.La tortuga había desovado 130 huevos que, siguiendo el protocolo de actuación, fueron cuidadosamente recogidos por los expertos y trasladados, una parte hasta las instalaciones del Oceanográfico y, otra parte, hasta una playa protegida en Valencia para garantizar que salgan adelante el mayor número posible de crías. Tras ser evaluada por la Veterinaria de la Fundación Oceànografic, a la vista de que el estado de salud era el adecuado, la tortuga hallada fue devuelta a su hábitat.Los especialistas han advertido de que durante el periodo de anidación, que coincide con la época estival, la tortuga boba se enfrenta a otra de las principales amenazas para la especie. Como dato curioso, han explicado que lo de ayer es una excepción, ya que lo habitual es que el desove se produzca durante la noche y no como ocurrió, a plena luz del día.