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Restos de comida en el suelo, suciedad y restos de cucarachas: así era la cocina clandestina precintada por la Policía Local de Elche

Los agentes de policía acudieron al lugar alertados por los vecinos debido a los malos olores y los insectos

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La Policía Local de Elche precintó el pasado miércoles una presunta cocina clandestina, situada en la calle Lope de Vega, por preparar menús en condiciones higiénico-sanitarias deficientes. La patrulla Lince de la Unidad de Establecimientos y Actividades (UEAC) del cuerpo de seguridad municipal se dirigió al local alertados por los vecinos, quienes advirtieron de molestias, malos olores e insectos derivados de la elaboración de comida.La patrulla encontró a su llegada la persiana de acceso entreabierta, por lo que pudieron escuchar el ruido de trabajo en su interior y un fuerte olor a fritanga. Además, consiguieron hablar con el hombre responsable de la actividad, que no se encontraba habilitada para atender al público de manera física.El local contaba con una barra y una cocina interior en un estado de conservación y limpieza insuficientes, existiendo un único punto de luz y un ventilador ubicados en la sala donde se cocinaban masas para determinados alimentos, algunos contenidos en envases no aptos para tales fines. Todo ello junto a una gran cantidad de objetos almacenados y restos de comida tanto en suelo como en las paredes.Asimismo, el extractor de humos estaba averiado, y los agentes constataron la ausencia de suministro de agua potable para limpieza y tratamiento alimentario básico. La presencia generalizada de suciedad y restos de cucarachas, así como del tipo de alimentos cocinados, correspondían plenamente con las molestias advertidas por los vecinos.Siendo evidente la elaboración de alimentos en el lugar, con cantidades destacables de los mismos e ingredientes para su preparación, los policías preguntaron al hombre si vendía dichos productos o los distribuía a otros locales.Negando tal extremo, afirmó que los producía para consumo familiar, pese a contar con paquetes de bolsas de plástico para la comercialización y otros indicios que invalidarían la versión del sospechoso. El implicado, además, negó disponer de ningún tipo de licencia o autorización para preparar alimentos.Por tales hechos, los agentes intervinieron y depositaron en el frigorífico del propio establecimiento un determinado lote de alimentos para su posterior inspección sanitaria, precintando el mismo y siendo conminado a cesar la actividad y el reparto de comida constatado por varios vecinos.