Alicante

Alicante bajo el subsuelo: los Refugios Antiaéreos que puedes visitar

Descubre estos rincones históricos que sirvieron de cobijo para miles de personas durante los bombardeos que asolaron la ciudad en la Guerra Civil

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refugio doctor balmis

El horror de los bombardeos durante la Guerra Civil fue especialmente cruento en Alicante. El aterrador sonido de las alarmas para avisar a una población atemorizada se convirtió en un elemento constante en el que fue el último bastión de la República. No es de extrañar, por tanto, que la capital alicantina sea la ciudad con más refugios antiaéreos del territorio español. Todo un entramado subterráneo cercano al centenar de construcciones que servían de cobijo ante los ataques de la Legión Cóndor y la Aviación Legionaria.

Tal y como explican Francisco Lozano y Marcos Lumbreras en su trabajo Refugios antiaéreos de la Guerra Civil en Alicante, la ciudad sufrió al menos 83 bombardeos aéreos y navales durante toda la guerra, con más de 480 muertos y 740 edificios destruidos. Éstos fueron especialmente intensos a partir de 1938, año en el que se produjo uno de los ataques aéreos más indiscriminados del conflicto contra población civil. El 25 de mayo, 7 aviones Savoia de la aviación fascista italiana masacraron deliberadamente el Mercado Central asesinando a más de 300 personas inocentes alejadas de cualquier objetivo militar.

Los vestigios de aquel capítulo negro en la historia española se pueden observar ahora con la recuperación de alguno de los refugios antiaéreos en diferentes rincones de la ciudad. Espacios en los que rememorar la crueldad de la guerra y que sirven de escenario para seguir estudiando, investigando y divulgando sobre los sinuosos pasillos, galerías y gruesas paredes soterradas que servían de refugio para miles de personas.

Cicatrices históricas

Los refugios antiaéreos son en la actualidad las cicatrices de una época oscura en las que el silencio de sus bóvedas y paredes relatan el dolor de los alicantinos y alicantinas en la segunda mitad de la década de los treinta. La proliferación de estos lugares comenzó en las zonas céntricas y poco a poco se prolongó a la periferia para alcanzar un total de 94 refugios documentados. Hoy en día, se han podido rehabilitar para su visita hasta seis de ellos, y otros se encuentran en proceso de acondicionamiento.

Los refugios de la Plaza Séneca (R31) y Doctor Balmis (R46) fueron los primeros que se habilitaron para acoger visitas guiadas. Durante años, eran los únicos que albergaban las condiciones idóneas como entidades adscritas al Centro de Interpretación de la Guerra Civil. Sin embargo, a partir de noviembre de 2021 se abrieron al público las galerías subterráneas de las escalinatas del Jorge Juan en General Marvá (R35), Plaza Músico Tordera (R38) y la antigua Fábrica de Tabacos —actual Centro Cultural Las Cigarreras— (R69). Más tarde, el catálogo de refugios antiaéreos incorporó el situado en la Plaza Castellón, en Carolinas Bajas. Este refugio en un lugar conocido popularmente como Las Palmeretas se construyó por iniciativa de los vecinos del barrio y tenía una capacidad para 400 personas. Ahora, este 2024 el Ayuntamiento acaba de asumir la gestión y mantenimiento de un nuevo refugio que afloró por las obras de construcción de una urbanización en la avenida de Elche, en Benalúa Sur.

Después de que la promotora se encargara de su preservación y rehabilitación bajo la directriz del departamento de Memoria Histórica, el refugio es ahora un Bien de Relevancia Local por su relevancia histórica y cultural.

Mapa de los refugios antiaéreos de Alicante

Proyectos pendientes

Actualmente, existen otros cuatro proyectos de reforma en diferentes refugios antiaéreos en la ciudad. El que está más avanzado es el situado en la pedanía de la Santa Faz. Allí, debajo de los monasterio se extiende un túnel de más de 60 metros de longitud que llevaba al subterráneo construido por los militares que tomaron el lugar cuando estalló el conflicto.  Por su parte, en la zona cercana al Castillo de San Fernando hay constancia de la existencia de otros dos refugios en Padre Mariana y Marqués de Molins.

En este caso, las obras de rehabilitación para convertirlo en un espacio visitable se vieron comprometidas por su sellado con material de relleno.  Por último, el Mercado Central posee una de las galerías subterráneas más grandes, pero su mal estado de conservación hace descartar la posibilidad de que pueda quedar habilitado para la realización de visitas.

Así, desde el Ayuntamiento se estaría barajando la posibilidad de que pueda ser contemplado a través de una cristalera en la planta baja del Mercado Central, a la espera de que pueda evaluarse la posibilidad de abrir su acceso desde la calle Calderón de la Barca.