El Castillo de Santa Bárbara, les Fogueres de Sant Joan y la Romería de la Santa Faz. La ciudad de Alicante tiene muchos elementos que la convierten en una ciudad única, pero sin duda estos tres son los más representativos. Este próximo jueves 11 de abril miles de alicantinos y alicantinas —más de 330.000 lo hicieron en 2023— saldrán en peregrinación hacia la pequeña pedanía de poco más de 650 habitantes de Santa Faz. Sus casas coloridas, las calles adoquinadas y el famoso monasterio volverán a ser testigos de una tradición que se ha prolongado durante más de 500 años.En el interior del monasterio de la Santa Faz se conserva resguardado en un camarín un trozo del manto con el que la Verónica secó el rostro de Jesucristo camino del monte Calvario. Aunque originalmente era un paño de lino más grande, la historia narra que las familias más poderosas de la zona fueron sustrayendo pequeños retales hasta reducirlo al fragmento que conocemos hoy en día como la Santa Faz de Alicante. Además, también se le aplicó pintura roja para resaltar las facciones de la cara.¿Y cómo llega esta reliquia a este rincón de la provincia? Se presume que el manto salió de Jersulasén (a Chipre, Constantinopla y, posteriormente, al Vaticano) en un intento por protegerlo ante la amenaza de ser destruido por los distintos conflictos de la Cristiandad con el mundo musulmán. Fue en el siglo XV cuando el cura Mosén Pedro Mena, de la parroquia de San Juan, viaja a Roma y un cardenal le obsequia con este paño destacando su cualidad milagrosa capaz de salvar a Venecia de la Peste. La historia cuenta que Mena se muestra algo escéptico, pero traslada la reliquia a San Juan y la guarda en el fondo de un arcón. A partir de este suceso es cuando comienza una romería con cinco siglos de historia. El milagro de la lluvia corrió como la pólvora entre nobles y ciudadanos, que acudían caminando para admirar la reliquia en busca de sus propios milagros. Desde entonces, tan solo dos acontecimientos han interrumpido una peregrinación que se ha celebrado en 527 años: la Guerra Civil, época en la que la reliquia fue salvada en varias ocasiones en una caja fuerte del Palacio Provincial para protegerla, y la pandemia de la Covid-19. Es por ello que la Santa Faz es considerada un elemento de protección como símbolo de superación en las etapas más oscuras de la ciudad. Esto lo convierte en una pieza profundamente arraigada en el espíritu y la sociedad alicantina, congregando cada año a miles de personas en su camino al monasterio en la tradicional Romería para visitar la reliquia. A mitad de camino de La Peregrina se realiza la que popularmente se conoce como la “paraeta”. En este punto, los alicantinos y alicantinas comen rollos de mistela, anís o vino, uno de los dulces caseros más famosos de Semana Santa y de la Comunitat Valenciana. Además, se acompaña con una copita de Mistela, un vino dulce originario de la provincia de Alicante que da ese último impulso a los peregrinos. Una vez terminada la liturgia de la Santa Faz de Alicante todos los asistentes podrán disfrutar del tradicional mercado con puestos llenos de gastronomía, artesanía y artículos religiosos típicos. Cientos familias acuden para comprar dulces, cerámica y pasar un agradable día disfrutando de la feria con los más pequeños. Alguno de los jóvenes se desplazarán hacia la playa de San Juan, donde el Ayuntamiento ha preparado un fiesta 0,0.