Dos semanas después del plazo establecido por la ley, pero el Ayuntamiento de Alicante ya dispone de la aprobación de la cuenta general consolidada del ejercicio 2022 para su rendición ante el Tribunal de Cuentas. La abstención de Vox “por responsabilidad” en el pleno extraordinario celebrado esta mañana salva la papeleta al gobierno municipal, que debía haber sometido el control de las cuentas ante la Corporación antes del 1 de octubre, como subrayó el interventor en un informe. El edil de Hacienda, Toni Gallego, ha alegado que el retraso se ha producido por la utilización de “una nueva aplicación que ha obligado a alargar el proceso administrativo”, aunque la oposición lo tilda de “falta de seriedad y rigor” y critica la escasa ejecución de los gastos presupuestados.Esta tardanza se suma también al incumplimiento en la presentación de la cuenta general formada por la Intervención, que debía haber sido sometida a la Comisión Especial de Cuentas antes del 1 de junio y fue convocada más de dos meses y media después: el pasado 21 de agosto. En aquella ocasión, los grupos de la izquierda se abstuvieron mientras que Vox votó en contra. Sin embargo, este lunes las posiciones han sido diferentes y el gobierno local ha podido sacar adelante el control de las cuentas de 2022 por tan solo un voto de diferencia, con los doce apoyos del grupo popular, los once votos en contra de las formaciones de la izquierda y las tres abstenciones de Vox.El concejal de Hacienda, Toni Gallego, ha prometido mejoras en la ejecución presupuestaria y se ha comprometido a “trabajar para paliar la falta del personal que refleja intervención en su informe". Además, el regidor ha subrayado que le parece “incongruente” que se critique la falta de ejecución y “luego también se diga que hay muchas obras en la ciudad”. Asimismo, Gallego ha anunciado una planificación de la inversión a largo plazo, reconociendo que “seguiremos gestionando y tendremos más previsión, si cabe, en estos cuatro años”.