El turismo de cruceros se ha posicionado en el centro del debate público tras los últimos planteamientos de dos ciudades como Barcelona y València. En ambos casos, los Ayuntamientos han mostrado su inquietud por el crecimiento desmesurado y plantean poner coto o reducir el número de operaciones en los próximos años. Precisamente, la alcaldesa de València insinuó la posibilidad de prohibir a partir de 2026 la llegada de los que calificó como “megacruceros”.
Y esa situación la ha aprovechado el alcalde de Alicante, Luis Barcala, para abrir los brazos a las navieras y ofrecer a la capital alicantina como destino. El primer edil defiende que la ciudad tiene todavía un margen de crecimiento “muy alto” y sostiene que los niveles esperados tanto de cruceristas como de apartamentos turísticos “no son preocupantes” en Alicante. De hecho, las viviendas turísticas han sido otra de las cuestiones polémicas en la última semana, pues también en València se ha optado por paralizar las licencias, algo que, por el momento, el consistorio alicantino no se plantea.
Por su parte, fuentes municipales recuerdan que el sector crucerista es una de las líneas estratégicas en materia turística en la ciudad. “Nuestro objetivo es que sigan llegando cruceristas y que siga habiendo turistas porque para nuestro tejido productivo y para el producto interior bruto de la ciudad es absolutamente fundamental al generar empleo y riqueza”, subraya Barcala.
Un argumento que suscribe la responsable del área de Turismo, Ana Poquet, al poner sobre la mesa a preguntas de este medio los datos de la EPA en la que “más de la mitad de los empleos nuevos que se generan en Alicante provienen del sector turístico”, al tiempo que afirma que “siempre vamos a estar al lado del sector y de las miles de familias que viven de ello”.
Recoger el testigo de València
Las palabras de Luis Barcala han sido contundentes a la hora de estrechar lazos y posicionar a Alicante como un “importante” destino para los cruceros. “Este tipo de turismo es más que bienvenido en la ciudad”, señala el alcalde a la vez que invita a hacer escala en Alicante a las embarcaciones “que no pueden atracar en otros lugares del Mediterráneo”.
En esta misma línea, Poquet destaca que “hoy por hoy todavía tenemos margen de crecimiento según el Puerto de Alicante” y pone el valor el impacto de más de 60 millones de euros del informe presentado por la Asociación Alicante por el Turismo de Cruceros.
Asimismo, recuerda que la Autoridad Portuaria se encuentra en proceso de modernización de la terminal para aumentar la capacidad de absorber todavía más cruceristas de los cerca de 220.000 previstos en este año 2024. El alcalde asegura que Alicante se encuentra “en una fase de crecimiento y consolidación” del turismo de cruceros y puntualiza que la gestión futura estará determinada por los estudios que indiquen “cuáles son los estándares ideales habrá que mantener”.
De igual forma, Barcala explica que desde el Patronato de Turismo y todos los sectores implicados se ha hecho un “esfuerzo enorme” por recuperar la actividad crucerista después de que la ciudad se quedará sin escalas en el año 2017. “No podemos poner freno a un motor económico imprescindible para Alicante”, destaca el primer edil.
“Impacto económico cuestionable”
Sin embargo, no todas las voces de la sociedad civil y política de Alicante coinciden. La portavoz adjunta del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Alicante, Trini Amorós, cuestiona el ofrecimiento del alcalde para que la ciudad acoja escalas de los “megacruceros que València rechaza” y lamenta que se abran puertas que “otros no quieren sin recapacitar en un modelo consensuado y equilibrado para la ciudadanía”.
En este sentido, Amorós sostiene que antes de plantearse la posibilidad de aumentar “de forma indiscriminada” la llegada de cruceros a Alicante, el equipo de gobierno “debería explicar cómo va a preparar la ciudad para recibir esos visitantes sin seguir dando bandazos en materia turística”. Además, la concejal socialista apuesta por definir un modelo de “turismo de calidad y sostenible” que genere riqueza y un “impacto positivo” tanto en la ciudadanía como en los sectores como el comercio y la hostelería.
Asimismo, la concejala asevera su “incredulidad” mientras otras ciudades se están replanteando el modelo turístico de los cruceros por lo que califica como un “cuestionable retorno económico” y el equipo de gobierno alicantino expone su intención de acoger más navieras y operaciones. “Es necesario explicar cómo se van a garantizar los servicios públicos de limpieza y seguridad, un estudio medioambiental y de qué forma va a gestionar esa mayor recepción de visitantes. En definitiva, una estrategia para que no se produzca un impacto negativo en la ciudadanía”, recalca.
Cátedra de Turismo Ciudad de Alicante
Ante esta situación, el equipo de gobierno recuerda que hace escasos meses se constituyó la Cátedra de Turismo Ciudad de Alicante junto a la Universidad de Alicante, cuyo objetivo es elaborar estudios para ver en qué situación se encuentra la ciudad y “en base a esos datos objetivos tomar las medidas oportunas”. Así, Ana Poquet precisa que “esos van a ser los primeros estudios que se van a acometer para conocer la proyección futura y gestionar los recursos turísticos de la ciudad en los próximos años”.
La edil responsable del área turística y del Patronato Alicante City&Beach no ha establecido un calendario exacto para la finalización de las investigaciones que se están llevando a cabo, pero defiende la cátedra como “una herramienta muy eficaz para tomar decisiones con base científica y no con prejuicios o con otro tipo de impulsos”, concluye.