Hogueras de Alicante ¿Cuál es el origen e historia?

Las Hogueras estuvieron prohibidas en la capital alicantina hasta 1928 cuando finalmente se organizó la primera Nit del Foc

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Antiguas leyendas cuentan que el sol, enamorado de la tierra, un día no supo separarse de ella y dio lugar a la noche más corta del año, y con ella el solsticio de verano. Durante esta noche, desde diferentes puntos de todo el mundo conservamos la tradición milenaria y mágica: encender hogueras.La noche más corta del año es en realidad la que transcurre del 20 al 21 de junio pero ha terminado mudándose al 24 de junio coincidiendo con el nacimiento de San Juan Bautista y dándole así un sentido católico. A lo largo de los siglos la magia ha levitado sobre estos días, donde decidimos ahuyentar todos los males, los malos espíritus, pedir buenas cosechas y algún deseo. Esta tradición ha llegado a nuestro tiempo de formas increíbles: testigo de ello son tanto las fallas de Valencia como las Hogueras de Alicante.La tradición cuenta que, en Alicante, en las primitivas Fogueres de San Chuan, en valenciano popular, se quemaban desperdicios del campo, muebles viejos o restos del trabajo de los ebanistas. Este momento era un punto de encuentro para las familias y amigos que aprovechaban para reunirse, beber y hacer estallar la pólvora. Con los años lo natural es el cambio: el social, el político, de ciclo. Las Hogueras entonces fueron incorporando pequeños mensajes satíricos y de crítica que iban calando toscamente en el diseño de las hogueras. De ello son reflejo las fallas de Valencia que adquieren en la actualidad parte de su espíritu en la satírica y fueron precursores de los ninots, mientras que Alicante se desvincula hacia algo más ornamental y arquitectónico en un principio.En este sentido, las fiestas de Hogueras ganan protagonismo y se convierten poco a poco en una fiesta ruidosa e incómoda para las autoridades. Fueron perseguidas muchos años, con toque de queda incluido hasta llegar el año 1928, cuando los alicantinos organizaron la primera Nit del Foc.Pero lo cierto es que mucho antes de llegar a este punto, las Hogueras estaban prohibidas, hasta que en 1881, Carlos Chorro, alcalde de Alicante olvidó completamente publicar el bando que prohibía celebrar las Hogueras. Fue en ese momento cuando los ciudadanos se echaron a la calle con el afán de hacer una gran fiesta que, efectivamente, se convirtió en un desmadre. Este episodio hizo que algunas autoridades civiles se vieran abocadas a dimitir de sus cargos.En ese entonces aparece José María Py, nacido en el seno de una familia de la nobleza andaluza que se había criado en la ciudad de Valencia, lugar donde conoce de primera mano las fallas. Py, testigo de las fiestas valencianas, propone al alcalde detener la lucha contra la fiesta y unirse a ella. La presión de los ciudadanos y la prensa hizo el resto.Las fiestas de Hogueras de Alicante tuvieron un trance de dos años, durante la guerra civil española, donde estuvieron muy cerca de desaparecer. Al terminar la guerra en 1939, se plantó un solo monumento en el Mercado Central: La Fuga, que a modo simbólico pretendía representar una vuelta a las fiestas y reflejar el horror vivido en esos años. Desde entonces las fiestas han crecido en diseño, afluencia y solo se volvieron a detener por la covid-19. De esta forma, las Hogueras se han convertido también en un síntoma de renacer, alegoría que se repite en los monumentos, sin renunciar a lo esencial: una cita imprescindible para todos los alicantinos donde, de nuevo, alejamos lo malo y nos reunimos en torno a una hoguera.

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