Alicante

Planes de Semana Santa en Alicante: visitar los pueblos más bonitos de la provincia

Descubre las localidades alicantinas con mayor encanto y mejores paisajes, desde la costa hasta el interior

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Calles con encanto en el pueblo de Altea
El territorio alicantino es uno de los más variopintos de la geografía española. El contraste entre la costa y el interior, el mar y la montaña, convierten a la provincia en un rico y variado ecosistema de emblemáticos pueblos con mucho que ofrecer; y particularidades únicas dependiendo de su entorno. Tanto es así, que para esta Semana Santa uno de los mejores planes para hacer en familia, en pareja o con amigos es visitar y descubrir las pintorescas calles y los rincones más bonitos de estos municipios. Desde el característico color blanco de las casas de Altea, al colorido ‘skyline’ de las antiguas edificaciones de pescadores que protagonizan la fachada litoral en La Vila Joiosa. Todo ello, pasando por las calas de Benitatxell y la esencia montañosa de enclaves como Alcoy, Guadalest o Biar. Os proponemos un recorrido por los pueblos más bonitos de la provincia de Alicante para estos días vacacionales de Semana Santa.

Altea

Uno de los pueblos por excelencia de la provincia de Alicante que aguarda un mayor encanto es Altea. Sin duda, es una de las localidades más bonitas de la costa alicantina con sus calles empedradas y empinadas a través de casitas blancas y los miradores sobre el azul del Mediterráneo. Puedes optar por recorrer el pueblo sin rumbo o recoger un mapa en el turist info y seguir la ruta marcada para no perderte ninguno de las decenas de rincones escondidos. Su lugar más icónico es la plaza de la iglesia, en pleno centro.Se trata de un pueblo con dos partes muy diferenciadas, que aparecen cortadas por el trazado de la carretera nacional N-332. A un lado queda el casco histórico y al otro el paseo marítimo que custodia su bonita playa de guijarros y arena. El agua, siempre limpísima y cristalina, invita al baño. En el paseo, además de algún acogedor hotel con vistas al mar, encontrarás pequeños restaurantes, bares, cafeterías, heladerías y negocios que le dan mucha vida.

La Vila Joiosa

La capital de la Marina Baixa es bien conocida por sus famosas ‘casas de colores’. Estas curiosas edificaciones en el centro histórico son uno de los grandes atractivos para dejarse inspirar y disfrutar mientras paseas por su paseo marítimo o sus hermosas y estrechas calles. Su carácter marinero y comercial han determinado la particular arquitectura de esta joya de la Costa Blanca. A lo largo de los años, se han realizado diferentes excavaciones en las que se han encontrado restos de la época ibérica, de los fenicios y de los egipcios.La ciudad tiene una gran tradición pesquera, aunque actualmente en su economía destacan las industrias de chocolate y el turismo. Además del centro histórico, cuenta con monumentos y lugares de interés como el Santuario de la Malladeta, Villa Giacomina, las termas públicas monumentales de Allon, la Creu de Pedra, que señala un antiguo cruce de caminos de origen romano, o las diferentes playas repartidas por el término municipal (hasta doce diferentes). También se pueden descubrir auténticas calas paradisíacas como La Caleta o el Racó del Conill.

Benitatxell

Las calas de El Poble Nou de Benitatxell son un emblema de la Comunitat Valenciana que te sumergen en un ambiente paradisíaco gracias a sus aguas transparentes y sus paisajes abruptos. Escondida detrás del macizo del Puig de la Llorença, la cala del Moraig es la más representativa del municipio. Además, no hay que dejar pasar la oportunidad de visitar la Cala Testos. Se trata de una pequeña cala virgen que se encuentra en un enclave excepcional, delimitada por las paredes verticales de los acantilados y por el imponente Morro Falqué. Es una cala aislada a la cual únicamente se puede acceder por mar o a través de una senda, lo cual le atribuye un carácter tranquilo y acogedor.Más allá de las calas, durante esta visita no puede faltar un paseo por el barrio antiguo del municipio, donde descubrirás la iglesia de Santa Maria Magdalena, el Portalet o el Oratorio Jaime Llobell. Su gastronomía tradicional y mediterránea marcarán el exquisito final a esta experiencia inolvidable. El putxero, las cocas, el cruet o el caspell son algunas de las recetas tradicionales que te cautivarán y te harán sentirte como casa.

Moraira

Siguiendo el litoral mediterráneo, a través de la Ruta de los Acantilados, llegamos a Moraira. Esta pequeña localidad, situada entre Calpe y Xàbia (dos enclaves también merecedores de ser visitados), es otro de esos muchos rincones con encanto de la provincia de Alicante. Las playas de Moraira y su barrio marinero son sus mejores atractivos. De hecho, para conocer los fantásticos arenales nada mejor que realizar la ruta de los miradores de Moraira.

Guadalest

Abandonamos la costa y nos adentramos en el interior montañoso de la provincia de Alicante. Sin duda, uno de los pueblos alicantinos más singulares y bonitos es Guadalest. En este caso, destacan su entorno natural, rodeado de montañas y su aire medieval. Es, además de uno de los lugares más turísticos de la provincia, cosa que se deja notar en los muchos restaurantes, hoteles, museos y tiendas de artesanía que se asoman a sus bonitas calles empedradas.El pueblo se halla dominado por las ruinas del antiguo castillo de San José —construido por los árabes en el siglo XI— y la restaurada torre de la Alcozaiba. Los museos son también un gran atractivo de Guadalest, con algunos tan curiosos como el de microminiaturas, el de saleros y pimenteros (con más de 20.000 objetos en exhibición), el histórico medieval y el de coches antiguos.

Biar

A pesar de no ser un municipio tan conocido, Biar se constituye como uno de los pueblos más icónicos de la provincia de Alicante. Parece desarrollarse en espiral, envolviendo al pequeño cerro sobre el que se asienta la fortaleza árabe del siglo XII. Desde su almenas, se observan a la perfeccion las bonitas casas de piedra del pueblo, con sus tejados entre amarillo y ocre y ese aspecto de haberse detenido en el tiempo. Cerca del pueblo, merece la pena visitar el antiguo acueducto ojival, que fue construido en el siglo XV para transportar agua a la ciudad, y el santuario neoclásico desde donde tendrás unas magníficas vistas del pueblo.

Alcoy

Este recorrido por los pueblos más bonitos de Alicante culmina en Alcoy, un enclave protagonizado por su cercanía con el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja. Conocida como la ciudad de los puentes, no puedes perderte el Museo Alcoyano de la Fiesta (MAF), donde hallarás trajes, carteles, vídeos y otras muestras de la fiesta alcoyana más popular: los Moros y Cristianos. También se puede aprender de su época de esplendor industrial en el Círculo Industrial de Alcoy.  Parque Natural de la Font RojaAdemás, puede ser el centro neurálgico de diferentes actividades en conexión con la naturaleza, a través de su espectacular Vía Verde hasta Ibi, o desde el que visitar pueblos cercanos como Cocentaina, Muro de Alcoy, Penáguila o la Sierra de Aitana, el pico más elevado de la provincia de Alicante.

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