La Concejalía de Playas y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Benidorm ha instalado en la playa de Poniente una escultura con forma de pez cuyo principal objetivo es concienciar a la ciudadanía sobre la importancia del reciclaje de plástico, especialmente en las zonas costeras, y evitar que estos residuos terminen en el mar.
Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto de educación ambiental impulsado por el área que dirige la edil Mónica Gómez, quien ha visitado hoy la escultura junto al alcalde Toni Pérez para comprobar en persona la acogida por parte de los usuarios de la playa.
La escultura, obra del artista Rosendo Porro Cuesta, está fabricada a partir de hierro y redes reutilizadas, y se ha diseñado con un interior hueco para que los bañistas y paseantes puedan depositar en él botellas y otros envases de plástico. Acompaña a la pieza una leyenda muy significativa: ‘El único pez que debería comer plástico’, un mensaje directo que busca generar impacto visual y reflexión entre vecinos y visitantes.
La ubicación elegida ha sido la playa de Poniente, en la zona de La Cala, junto a uno de los accesos más transitados, situado a la altura de la avenida del Murtal. “Creemos que puede funcionar muy bien por la visibilidad del lugar y la gran afluencia de personas que pasan por aquí a diario”, ha señalado Mónica Gómez. Además, ha indicado que la recogida de los envases depositados en esta escultura será responsabilidad de RA Benidorm, la empresa encargada de la gestión integral de las playas del municipio.
Este proyecto tiene un carácter piloto. En función de su uso y recepción por parte del público, se valorará la posibilidad de instalar más esculturas similares en otras zonas de Poniente e incluso en la playa de Levante, ampliando así la red de puntos de reciclaje artístico.
Por su parte, el alcalde Toni Pérez ha destacado que “seguimos impulsando acciones encaminadas a la protección y cuidado de nuestro entorno natural. Esta iniciativa no solo promueve el reciclaje y la limpieza de nuestras playas, sino que también aúna arte, conciencia ambiental y tradición local, ya que la escultura recuerda al ‘raoret’, un pez muy representativo de Benidorm y su identidad marinera”.