El edificio de Nuevos Riegos El Progreso, ubicado en pleno centro de Elche, ha sido testigo de años de abandono y deterioro. Su situación no solo ha generado preocupación por ser un riesgo para la seguridad, sino que también ha supuesto un freno para el desarrollo urbanístico de la zona. Durante años, se han presentado distintas propuestas para recuperar este inmueble, pero hasta ahora no se había logrado una solución definitiva. La medida más esperada por todos los ilicitanos está más cerca que nunca de materializarse.
Tal y como ha avanzado el alcalde Pablo Ruz, el Ayuntamiento pondrá fin a este problema “enquistado durante ocho años” con la futura compra del edificio y el retranqueo de su fachada para llevar a cabo la alineación definitiva de la calle en la Plaza de la Constitución. El equipo de gobierno ha llegado a un acuerdo con los propietarios, y tras la aprobación de la Conselleria de Cultura, el consistorio espera adquirir el inmueble este mismo año, hacer una reforma integral que cambie la imagen actual para destinarlo a oficinas municipales.
El anuncio se ha realizado en la mañana de este lunes 30 de septiembre frente al edificio apuntalado de Nuevos Riegos El Progreso. Allí, Ruz ha señalado que esta solución se ha conseguido tras meses de “trabajo, esfuerzo, negociaciones y mucha voluntad” para poner fin a un problema “con el que ganamos todos”. Asimismo, el primer edil ha reconocido que se trata de una actuación “fundamental y crucial” para el futuro del municipio.
La reforma solo mantiene la fachada
El objetivo marcado por el Ayuntamiento de Elche es poder comprar el edificio antes de que finalice este 2024. Una decisión que llega tras la aprobación y resolución firmada por parte de la Conselleria de Cultura, quien ha determinado que el inmueble no se encuentra inscrito en ninguna de las categorías contempladas en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano (Bien de Interés Cultural o Bien de Relevancia Local). El edificio renovado con nuevas funciones administrativas podría estar listo de cara a principios de 2026.
Así, el concejal de Estrategia Municipal, Francisco Soler, ha subrayado que este era un “proyecto prioritario en el que hemos estado trabajando para conseguir un acuerdo con la propiedad, que tenía voluntad de solucionarlo”. A su vez, por lo que respecta a la adquisición del edificio, el edil ha apuntado que el período de amortización “es asumible para las arcas municipales” y ya se trabaja en la modificación del PGOU que contemple el retranqueo de la fachada para después realizar la demolición y desmontaje.
En este sentido, el proyecto de reforma contempla la conservación de la fachada, que se retranqueará para alinearse con el resto de la calle Pont dels Ortissos. El nuevo edificio se destinará a oficinas municipales, aunque las obras también incluyen la plantación de nuevos árboles en la plaza, un nuevo asfaltado, resituar la acera para facilitar el paso de peatones, así como la vuelta de dos carriles de circulación para vehículos. “En meses se resolverá la cuestión administrativa y la idea es que se ejecute en menos de un año”, ha sostenido Francisco Soler.
Por su parte, el alcalde Pablo Ruz ha recordado que la propuesta anterior era “dejar a la altura actual la fachada desmontada, sin retranqueo y permitía elevar a la propiedad un edificio en la parte posterior”. En concreto, la solución pasaba por no dejar la puerta en el centro de la calle, pero ahora con la compra, alineación del edificio y la fachada integrada, el objetivo es “dar normalidad a la situación e incorporar el edificio al patrimonio de la ciudad”