Elche está a punto de concluir uno de sus proyectos más ambiciosos en materia de turismo sostenible y recuperación ambiental: el sendero circular del río Vinalopó. Este recorrido de 40 kilómetros, que unirá el casco urbano con las pedanías y la costa, se perfila como uno de los espacios naturales más importantes de la ciudad, realzando la riqueza paisajística y cultural. La iniciativa no solo busca mejorar la accesibilidad y disfrute de estos entornos naturales, sino también fortalecer la identidad de Elche como referente en este ámbito.
El proyecto busca poner en valor el entorno del cauce del Vinalopó y se encuentra enmarcado dentro del Plan de Sostenibilidad Turística de Elche. Ha sido financiado por los fondos europeos Next Generation y cuenta con una inversión cercana a los 293.000 euros. Así, a lo largo de los últimos cuatro meses se han acondicionado las diferentes sendas y caminos existentes en el cauce para crear un sendero circular que sirva de nexo de unión natural entre el casco urbano de Elche y las pedanías a través del campo ilicitano.
La ruta permitirá a los ciudadanos y visitantes explorar lugares emblemáticos como el yacimiento arqueológico de la Alcudia, la ermita de San Francisco de Asís, el Museo de Puçol, así como disfrutar de los paisajes del parque natural del Hondo, la Sierra del Molar y las dunas del Pinet. Cada uno de estos puntos destaca no solo por su valor ecológico, sino también por su importancia histórica y cultural, ofreciendo a los usuarios del sendero una experiencia integral, tanto desde el punto de vista deportivo como educativo.
Objetivo: septiembre
Tal y como ha avanzado el Ayuntamiento de Elche, la actuación se completará durante los primeros días del mes de septiembre, momento en el que se procederá a su inauguración. En este sentido, el concejal de Medio Ambiente, José Antonio Román, señala que el sendero no solo permitirá disfrutar de un entorno natural privilegiado, sino que también contribuirá a la preservación del patrimonio natural y cultural de Elche con una ruta verde “rodeado de palmeras, tarays y un río con vida propia”.
Por lo que respecta a las infraestructuras, el sendero está equipado con bancos, mesas rústicas, aparcabicicletas y numerosas señales y balizas de madera para guiar a los caminantes a lo largo de los 40 kilómetros. Además, se han instalado paneles informativos que ofrecerán datos sobre la fauna, la flora y la historia de cada tramo, enriqueciendo la experiencia.
A su vez, para garantizar la seguridad se han construido pasarelas de madera y metálicas sobre los puntos más delicados del recorrido, como el Azarbe de Dalt y el azud dels Moros. Estas estructuras no solo facilitan el tránsito por áreas complejas, sino que también integran materiales y diseños que respetan el entorno natural.
Otro elemento destacado son las torres de avistamiento de aves, especialmente ubicadas en zonas estratégicas dentro del parque natural de El Hondo, donde los aficionados a la ornitología podrán disfrutar de la observación de especies en su hábitat natural. Además, se ha instalado un pórtico decorativo a la entrada del parque natural del Hondo, que servirá como punto de referencia y bienvenida a uno de los entornos más emblemáticos de la ruta.
Un recorrido en cuatro tramos
La actuación se ha dividido en cuatro tramos principales, que abarcan desde el cauce del río a su paso por Alzabares Bajo, Algorós y Daimés, hasta las zonas costeras de La Marina, incluyendo la Sierra del Molar y el parque natural de El Hondo. El primer tramo se centra en la recuperación y adecuación del cauce del río Vinalopó, un eje natural que vertebra gran parte del paisaje ilicitano. En este caso, se han llevado a cabo trabajos para estabilizar las riberas y mejorar la accesibilidad, garantizando que los senderistas puedan disfrutar del entorno de manera segura.
El segundo tramo cubre las áreas de saladares, playas y dunas entre Daimés y La Marina. Esta zona, caracterizada por su biodiversidad y belleza natural, permitirá a los visitantes sumergirse en ecosistemas únicos, donde las dunas y playas se entrelazan con la vegetación autóctona, ofreciendo un espectáculo visual de gran valor ecológico.
El tercer tramo se adentra en la Sierra del Molar, una zona montañosa que ofrece vistas panorámicas espectaculares y que será un atractivo especial para los amantes del senderismo y la naturaleza. Aquí, los usuarios podrán disfrutar de la tranquilidad y el aire puro, en un entorno que combina la majestuosidad de la sierra con la cercanía del mar.
Finalmente, el cuarto tramo conecta con el parque natural de El Hondo y el Camp d’Elx, atravesando pedanías como Puçol, Algoda y Algorós. Este tramo es especialmente significativo por su riqueza en fauna y flora, siendo una zona protegida que alberga especies de gran valor ecológico. Además, el sendero contará con derivaciones hacia la Alcudia y El Molar, ofreciendo así una amplia variedad de paisajes y ecosistemas a explorar.