San Vicent del Raspeig

Los drones toman el cielo de San Vicente para 'dibujar' la nueva Zona de Bajas Emisiones

El Ayuntamiento inicio un estudio para medir el tráfico y recopilar los datos clave del nuevo plan que transformará la movilidad en el municipio

1 minuto

Medición acústica en una rotonda de la carretera de Agost en San Vicente

Un ejército de drones recorre estos días distintas calles de San Vicente del Raspeig para recoger datos que servirán de hoja de ruta para el diseño de la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y a la actualización del Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Así, las labores incluyen observación directa del tráfico, control de flujos y mediciones ambientales con el fin de obtener una radiografía "precisa" del funcionamiento cotidiano de la ciudad.

Tal y como ha detallado el Ayuntamiento, estos trabajos se desarrollan en varias franjas horarias para captar variaciones en el movimiento de peatones y vehículos. También se realizan aforos de tráfico durante veinticuatro horas, lo que permite comparar la intensidad circulatoria en vías principales y secundarias. Según fuentes municipales, esta información es "esencial" para ajustar los próximos cambios en la ordenación viaria.

Estudios de movilidad y participación ciudadana

Entre las herramientas desplegadas se encuentran drones y conteos manuales en puntos de gran afluencia. Los dispositivos aéreos se utilizan para observar patrones de movilidad en cruces complejos y rotondas sin alterar la circulación. Además, personal técnico recoge datos a pie de calle para complementar las imágenes y asegurar una lectura exacta de la actividad diaria.

El trabajo de campo se completa con encuestas dirigidas a los vecinos. La concejala de Medio Ambiente, Mercedes Torregrosa, señala que estas consultas permitirán "conocer con detalle los hábitos de desplazamiento". La edil recuerda que la referencia histórica disponible indica que el 47% de los desplazamientos se realiza en vehículo privado, el 48% a pie, el 3% en bicicleta o en vehículos de movilidad personal (VMP) y el 2% en transporte público.

Torregrosa considera necesario actualizar esas cifras y afirma que los resultados servirán para fundamentar las decisiones en datos actuales. Además, en paralelo avanza el programa de mediciones ambientales del Ayuntamiento, que dispone de sensores de calidad del aire en tres puntos de la ciudad.

Estos dispositivos funcionarán durante ocho semanas y medirán parámetros relacionados con la presencia de contaminantes. A su vez, se están tomando mediciones de ruido en once localizaciones escogidas a partir del mapa acústico vigente.

Datos para definir la futura ZBE

A través de la combinación de estas mediciones se busca identificar zonas con mayores niveles de contaminación acústica y atmosférica. Los técnicos valorarán la relación entre intensidad de tráfico y concentración de emisiones, lo que permitirá ajustar recorridos, accesos y prioridades en el diseño de la futura ZBE. Según la concejala, toda esta información se integrará en el PMUS para priorizar aquellas actuaciones que resulten más eficaces.

El proyecto se enmarca en la estrategia municipal de avanzar hacia un modelo de ciudad más inclusivo y sostenible. Las fuentes consultadas explican que la implantación de la ZBE persigue reducir emisiones contaminantes, reforzar los desplazamientos peatonales y fomentar el uso del transporte público y de los modos activos.

Por último, el consistorio señala que la intención es mejorar la calidad del aire y reducir los impactos derivados del tráfico rodado, al mismo tiempo que se ordena la circulación y se facilita un reparto más equilibrado del espacio urbano.