El Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), a través de su Unidad de Didáctica y el Club Llumiq, ha cerrado la vigésimo primera edición de su Escuela de Verano con un “lleno absoluto” tras registrar la participación de 360 niños y niñas de entre 6 y 12 años durante los meses de julio y agosto.
Así, a lo largo de estos meses se han llevado a cabo diferentes actividades como talleres, juegos, gymkanas, pruebas y visitas guiadas orientadas a dar a conocer la historia de la antigua ciudad de Alicante a través de la exposición temporal 'Ciudades de Luz. Ákra Leuké, Lucentum, Laqant'.
Talleres, juegos y visitas guiadas
La propuesta estival, denominada Veranea en el MARQ, fue inaugurada el 30 de junio y clausuró el pasado 22 de agosto. Las actividades se han desarrollado tanto en los jardines del museo como en sus salas permanentes y temporales. Entre ellas se han incluido juegos al aire libre, la visualización de los materiales audiovisuales de la exposición en salas y aulas didácticas, así como recorridos guiados por las colecciones del museo.
Además, los más pequeños han participado en gymkanas y talleres creativos, entre los que se han elaborado bolsas de tela, coronas de laurel, armaduras y escudos romanos. El programa ha buscado combinar el ocio con el aprendizaje de la historia local y la arqueología.
En esta edición, el equipo de Didáctica de la Fundación MARQ se ha fijado como objetivos transmitir de forma clara los contenidos del museo y, en particular, acercar a los participantes la muestra Ciudades de Luz. La exposición ha permitido descubrir la evolución histórica de Alicante, desde sus primeros asentamientos hasta la etapa medieval, identificando los diferentes nombres que ha tenido la ciudad y las culturas que los impulsaron.
Acceso a la cultura desde la infancia
La escuela de verano también ha facilitado el acceso a la cultura a los más pequeños, al tiempo que les ha permitido reconocer la función de la arqueología como vehículo de conocimiento histórico. El diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, ha resaltado que "la programación ha promovido el respeto hacia el patrimonio cultural, medioambiental y arqueológico".
Asimismo, las actividades también ha enseñado a los menores a visitar con responsabilidad una institución cultural "y aprovechar al máximo la experiencia”. En paralelo, se ha fomentado el trabajo en equipo y la cooperación entre compañeros, reforzando el papel del MARQ como espacio de encuentro entre la infancia y el patrimonio arqueológico.