La Costa Blanca alicantina es uno de los litorales más privilegiados del territorio español. Además de sus características playas kilométricas de arena fina, el contraste natural entre el mar y la cercanía de la montaña al norte de la provincia convierte a Alicante en uno de los paraísos para disfrutar de algunas de las mejores calas del mediterráneo. Miles de bañistas se sienten atraídos por esos pequeños rincones de aguas cristalinas que se abren paso entre el paisaje rocoso y abrupto para dejar una estampa veraniega inigualable.
La Granadella en Xàbia, El Moraig en Benitatxell y el Tío Ximo de Benidorm son algunos de los ejemplos más populares que han puesto “de moda” la Costa Blanca. Sin embargo, a lo largo y ancho del litoral alicantino existen playas naturales ricas en biodiversidad terrestre y marina (para los amantes del buceo) que se han mantenido al margen de la vorágine turística y la masificación. Te proponemos un trayecto por cinco de las calas secretas imprescindibles menos concurridas de la provincia de Alicante para este verano 2024.
Rincones desconocidos para el gran público repletos de encanto para los amantes de la tranquilidad, alguno de difícil acceso, que harán que te enamores de la sensación de libertad. Acompáñanos por este viaje a través de la En Caló, en Xàbia, la Cala dels Testos y la Cala Llebeig, en Benitatxell, el Racó del Conill, en La Vila Joiosa, y la Cala Mascarat en Altea.
En Caló (Xàbia)
Encajada al pie de grandes paredes laterales, esta preciosa cala de aguas cristalinas mide apenas 25 metros. Aunque tiene todos los elementos para parecer una playa paradisiaca de algún país exótico o tropical, En Caló se encuentra oculta entre los imponentes acantilados que predominan en el litoral de Xàbia, entre las populares calas de la Granadella y Ambolo.
Se trata de uno de los secretos mejor guardados de la provincia, pues tan solo se puede acceder desde el mar a remo o a nado. Un rincón natural con un precioso paisaje rocoso y grava que se convierte en un lugar venerado para los amantes de la aventura. La mejor forma de acceder a esta cala es a través de una ruta en kayak, piragua o paddlesurf por la costa.
Además, uno de sus encantos reside en los pasadizos naturales que atraviesan el risco, por lo que se pueden recorrer a nado las estrechas aperturas que se abren en la base del acantilado. Sin duda, una calita espectacular muy poco conocida y que permite disfrutar de la naturaleza marítima con tranquilidad y vistas privilegiadas.
Cala Llebeig (Benitatxell)
Esta cala formada por la desembocadura del barranc de la Viuda está rodeada por casitas de antiguos pescadores a escasos metros de la orilla. La cercanía de la montaña con el mar permite que en el litoral de Poble Nou de Benitatxell ambos mundos se fusionan generando la preciosa Ruta de los Acantilados. Este viaje por la costa alicantina conecta la popular cala Moraig con el pequeño enclave de Llebeig. Aún con la gran cantidad de bañistas que recorren este itinerario, esta cala de agua clara y vistas impresionantes sigue siendo íntima.
Y no es por la falta de atractivo sino por su difícil acceso que muchos desconocen. Para poder disfrutar de sus aguas hay que recorrer un largo trecho cercano a los 40 minutos, pero sobre todo es necesario atravesar algunos tramos de auténtico vértigo. Incluso antes de llegar al abrupto descenso de la cala, la ruta discurre durante algunos momentos en paralelo acantilado. Por tanto, es recomendable acceder a esta cala mediante un buen calzado y desprovisto de grandes objetos como neveras o sillas.
Cala dels Testos (Benitatxell)
Entre El Moraig y la Cova dels Arcs se encuentra este paraíso virgen con la esencia del Mar Mediterráneo. Esta cala situada en Benitatxell tiene el atractivo natural y poco masificado de un lugar de difícil acceso. Alcanzar sus aguas no resulta sencillo, pues se trata de un trayecto no apto para gente con vértigo o poca agilidad.
Sin embargo, el resultado del esfuerzo una vez alcances la orilla hace que merezca la pena. Tendrás que deslizarte por las escarpadas paredes siguiendo el curso de unas cuerdas que ejercen de pasamanos. Una cala repleta de belleza y encanto imprescindible si quieres huir de las zonas turísticas de la costa alicantina.
El Racó del Conill (La Vila Joiosa)
El Racó del Conill es una pequeña cala de cantos de piedra y arena de La Vila Joiosa, un rincón escondido y de gran encanto con aguas transparentes. Se trata de un rincón en el que pasar un agradable día en familia, pues en verano cuenta con un chiringuito y una extensa arboleda con sombra. Se encuentra en un entorno aislado, a cuatro kilómetros de distancia de Benidorm, pero su emplazamiento entre montañas complica su acceso, aunque se puede llegar con coche sin problema.
Esta espléndida cala destaca por su tradición nudista y por su entorno natural idílico en una de las zonas más bellas del Mediterráneo. Suele ser una cala poco concurrida y supone un lugar ideal para la práctica de la pesca y el buceo. De hecho, el snorkel es una de las actividades recomendadas para realizar en esta paradisíaca cala gracias a sus excelentes fondos marinos.
Cala Mascarat (Altea)
El último punto de este viaje a través del litoral alicantino es Altea. Este precioso pueblo con su característico casco antiguo repleto casas blancas esconde multitud de tesoros escondidos. Entre ellos, la cala Mascarat es uno de los menos conocidos. Las aguas cristalinas de esta cala de canto rodado, sin arena y con bolos, harán las delicias de los amantes del snorkel. Además, la punta del Mascarat y el dique norte de la marina deportiva forman una protegida ensenada excelente para el baño.