Alicante —y todas las ciudades de España— aumentará los espacios sin humo en los próximos años. El Gobierno ha dado un paso más en la lucha contra el tabaquismo con la aprobación en Consejo de Ministros del anteproyecto de la nueva Ley Antitabaco, que por primera vez equipara cigarrillos electrónicos y tradicionales y busca limitar los lugares donde se puede fumar.
El texto, que finalmente no incluirá el empaquetado genérico que sí contemplaba el primer borrador de la norma presentado el pasado mes de mayo, incorpora también una novedad sustancial: se prohíbe de forma expresa que los menores de edad puedan consumir tabaco o vapeadores, una laguna legal hasta ahora no recogida en ninguna normativa de la legislación.
Una de las principales modificaciones pasa por las terrazas de bares y restaurantes, donde fumar quedará completamente prohibido al igual que en cualquier evento al aire libre. Además, la medida endurece el régimen sancionador, con cambios en las infracciones, cuantías y responsabilidades, con el objetivo de reforzar la protección de la salud pública.
¿Dónde estará prohibido fumar?
La nueva Ley Antitabaco no permitirá fumar en conciertos, festivales, mercadillos, ferias y actos multitudinarios. Los centros educativos tampoco quedan fuera del cambio, incluidos los patios de colegios e institutos, campus universitarios y zonas exteriores de los centros de formación profesional. Además, la prohibición se extiende a instalaciones deportivas como piscinas municipales, gimnasios, polideportivos o recintos festivos.
El documento también incluye la restricción en marquesinas de autobuses y paradas cubiertas del transporte público. Por su parte, otra de las novedades más relevantes es la prohibición de fumar en exteriores de salas de fiesta y locales de ocio nocturno. A su vez, tampoco estará permitido en vehículos de uso laboral. La medida pretende proteger a quienes no fuman y se ven obligados a inhalar humo en espacios reducidos con poca ventilación.
Además, se mantiene la prohibición en los espacios ya regulados por la actual normativa:
- Centros de trabajo públicos y privados (excepto espacios al aire libre).
- Centros sanitarios y sus recintos exteriores.
- Establecimientos culturales y de ocio, como museos o teatros.
- Centros comerciales (salvo zonas al aire libre).
- Transporte público: autobuses, metro, taxis, tranvías, estaciones y aeropuertos.
- Hoteles, hostales y alojamientos similares (excepto en zonas designadas al aire libre).
- Parques infantiles y áreas de juego.
- Ascensores, cajeros automáticos cerrados, cabinas telefónicas.
- Zonas de atención directa al público.
- Estaciones de servicio y recintos cerrados de uso público.
Sin fecha para su entrada en vigor
El anteproyecto de ley ha sido aprobado ahora en primera vuelta por el Gobierno. Sin embargo, todavía debe recibir los informes de los órganos constitucionales para volver a pasar por el Consejo de Ministros antes de recalar finalmente en el Congreso. Será entonces cuando el Ejecutivo deba buscar los apoyos necesarios para sacar adelante la nueva normativa.
No obstante, el debate ya se ha instalado en la opinión pública, donde defensores y detractores recuperan una ‘batalla’ por el relato que ya se dio con las anteriores legislaciones contra el tabaquismo en 2005 y en 2010. La ministra de Sanidad, Mónica García, lo tiene claro: “cada espacio ganado al humo es un espacio ganado a la salud y a la vida”.
La nueva medida no solo afecta a los fumadores tradicionales, también regula el vapeo en todas sus variantes: desde cigarrillos electrónicos hasta shishas y dispositivos de tabaco calentado. Su publicidad queda vetada en bares, festivales o redes sociales. Además, la ley prohíbe los cigarrillos electrónicos desechables, responsables de un gran impacto ambiental al generar un gran cantidad de residuos y del aumento del consumo entre jóvenes.
Eso sí, quedan fuera medidas más duras, como el empaquetado genérico o un aumento de impuestos al tabaco, propuestas inicialmente valoradas. Las sociedades científicas han criticado esta “marcha atrás” ya que el empaquetado "facilita que los adultos dejen de fumar y previene que los jóvenes se inicien en el consumo”. En este sentido, reprochan que “cuanto más se retrase, más expuestos estarán al riesgo de adicción”.