El regreso de una mascletà a la Rambla Méndez Núñez 36 años después era uno de los grandes acontecimientos del inicio del mes de septiembre en la ciudad de Alicante. Así lo anunciaba la Hoguera homónima en el comienzo del nuevo curso festero, que este domingo tendrá sus primeros eventos en la capital alicantina con la celebración de una gran fiesta del agua y un almuerzo popular.
Este disparo también contaba con el atractivo de que el maestro alicantino Pedro Luis Sirvent sería el encargado de devolver la pólvora a una de las arterias principales de Alicante y hacer deleitar al público con sus inconfundibles diseños pirotécnicos. Sin embargo, la entidad organizadora deberá dar marcha atrás y no podrá lanzar esta mascletà prevista, en principio, para el domingo 8 de septiembre.
El Ayuntamiento de Alicante ha emitido en la mañana de este miércoles un comunicado en el que desautoriza el lanzamiento de este espectáculo debido a la falta de los informes favorables necesarios por parte de varias áreas municipales, así como la ausencia de la aprobación por parte de la Federació de Fogueres, organismo clave en la organización de eventos festivos en la ciudad.
"Para poder disparar una mascletà es imprescindible contar con la autorización del Ayuntamiento, pero en este caso los informes de las distintas áreas implicadas como Fiestas, Tráfico, Seguridad y Ocupación de Vía Pública desaconsejan el lanzamiento", asegura la concejala Cristina García. En este sentido, la edil ha subrayado la necesidad de cumplir con todos los requisitos legales y técnicos antes de llevar a cabo un evento de esta magnitud.
El Ayuntamiento argumenta la negativa debido a las implicaciones logísticas y de seguridad. Así, el consistorio traslada en el comunicado que la Rambla Méndez Núñez es una de las avenidas principales de la ciudad y el cierre temporal necesario para el disparo de la mascletà afectaría no solo al tráfico, sino también al acceso a los comercios ubicados tanto en la propia avenida como en las calles adyacentes.
La última ocasión que el estruendo de los petardos y el olor a humo se apoderaron de la Rambla fue en 1987, por lo que el anuncio de esta mascletà había despertado una gran expectación. Además del importante componente nostálgico entre los alicantinos y alicantinas, suponía el regreso de los disparos pirotécnicos tras el verano. Las ganas de vibrar con el ruido de la pólvora se sentía en el ambiente, pero por ahora deberá esperar o, al menos, trasladarse a otro emplazamiento.