Alicante cambia de ritmo y de piel cuando llega la Semana Santa. El bullicio habitual se apaga, las luces se atenúan y la ciudad adopta una solemnidad marcada por el silencio y la devoción. Las procesiones atraviesan el corazón de la capital alicantina entre costaleros, tambores, cruces, antorchas y miradas contenidas en uno de sus mejores momentos desde que fue declarada de Interés Turístico Nacional en el año 2022.
Más de 11.000 personas participan de forma activa en una semana repleta de emoción y tradición. Y dentro de esa intensidad existen varios instantes que cortan la respiración más allá del componente religioso de estas fechas. La salida de las imágenes principales de las iglesias, su recorrido por calles estrechas o el encuentro de pasos conforman un abanico de estampas imprescindibles de la Semana Santa de Alicante.
El descenso de Santa Cruz
El Miércoles Santo en Alicante tiene una parada obligatoria: el descenso de la Hermandad de Santa Cruz hacia el recorrido oficial. Esta procesión protagoniza una de las estampas más sobrecogedoras de la Semana Santa alicantina cuando los cuatro pasos bajan a hombros por las estrechas y empinadas calles del casco antiguo de la ciudad.
Los costaleros y costaleras bajan con una precisión quirúrgica las escaleras de las calles San Antonio y San Rafael, que se llenan de público con balcones colmados de personas que aplauden la belleza de la escena y el esfuerzo físico al paso de las imágenes. Este 2025 esta estampa comenzará a las 19:00 horas desde la Ermita de Sant Cruz.
El encuentro de los pasos de la Santa Cena
La procesión de la Pontificia, Real, Ilustre, Venerable y Salesiana Hermandad Sacramental de la Santa Cena reúne uno de los conjuntos escultóricos más grandes de España. El punto culminante llega al final del recorrido, cuando las cuatro imágenes se encuentran en la Rambla. Este instante, cuidadosamente orquestado, une lo visual con lo emocional.

Se trata de un cierre majestuoso que este año tendrá un componente todavía más exclusivo después de que la tradicional parada frente a la Diputación, multitudinaria por el espacio habilitado en la avenida de la Estación, haya sido suprimida. La salida desde Maria Auxiliadora será a las 20:00h y el encuentro final sobre las 23:15h junto al Portal de Elche.
La salida del Cristo de la Buena Muerte
Desde la puerta de la concatedral de San Nicolás emerge una de las imágenes más impactantes de la Semana Santa alicantina: el Cristo de la Buena Muerte. Su salida, en penumbra, transforma el centro de Alicante en un escenario de recogimiento absoluto. Las luces se apagan, el murmullo cesa y el ambiente se llena de una solemnidad que traspasa.
El acompañamiento de los capirotes negros, el ritmo lento y el silencio casi total convierten este instante en uno de los más emotivos de la semana. Se trata de la procesión que cierra el Jueves Santo con su inicio a las 23:30h a través de las calles aledañas al templo alicantino y su paso por el recorrido oficial de la Rambla.
La ‘oscuridad’ del Perdón
La Hermandad Penitencial del Perdón ofrece una de las procesiones más singulares y sobrias de Alicante. Los hermanos desfilan cargando cruces de madera y antorchas encendidas en un recorrido que se realiza en un clima de recogimiento profundo y absoluto.
Tras una salida que se lleva a cabo en la completa oscuridad de la plaza Abad Penalva –que este 2025 será a las 22:45h–, a lo largo del trayecto se reza el Santo Rosario, lo que aporta una cadencia sonora única. La imagen de Cristo crucificado entre los dos ladrones completa una escena austera y poderosa que apela a la espiritualidad más íntima.

El Encuentro de Resurrección
El Domingo de Resurrección ‘devuelve la luz’ a la ciudad antes de culminar la Semana Santa con una de sus procesiones más multitudinarias. El mundo de las Hogueras y las distintas hermandades y cofradías participan al unísono en una muestra de unión popular.
El momento culminante llega en la plaza del Ayuntamiento, donde el Cristo Resucitado y la Virgen de la Alegría se encuentran bajo una lluvia de aleluyas. Como marca la tradición, el manto de la Virgen luce un diseño floral exclusivo para poner el broche de oro a una semana que combina fe, arte y emoción.