El Postiguet es más que una playa para Alicante. Es un símbolo de su identidad costera, de la evolución del litoral y del crecimiento urbano. Ahora, este enclave en el corazón de la ciudad inicia un proceso de transformación que garantice su estabilidad y la conservación de la superficie arenosa en el futuro. Así, el proyecto de renovación del espigón pretende generar una nueva estructura que proteja el paseo marítimo y mejore la calidad del agua.
Tal y como ha detallado la Dirección General de la Costa y el Mar a través del Servicio Provincial de Costas en Alicante, la actuación se centra en el sector septentrional de la playa, en la zona del Cocó. El objetivo es transformar el actual tómbolo formado por un dique exento de 160 metros de longitud y una escollera longitudinal. La intervención cuenta con una inversión de 653.400 euros y un plazo de ejecución de seis meses.
La estructura actual divide la playa en dos tramos: el Postiguet, un arenal estable de 705 metros de longitud, y la zona norte, más expuesta al movimiento hacia la bocana del Club de Regatas. Por tanto, el proyecto contempla la retirada del espigón para construir una nueva escollera de 178 metros. Este nuevo sistema de contención podría aumentar la superficie de la playa entre 205 y 240 m2, con el fin de frenar la pérdida de arena.
Así será el nuevo espigón
Uno de los propósitos principales del nuevo espigón, asegura la Subdelegación del Gobierno en un comunicado, es interrumpir el transporte de sedimentos desde la playa del Cocó hacia el noreste, lo que ha provocado la reducción progresiva del ancho de la playa en esa zona. Además, se busca generar un ancho estable de al menos 35 metros, proporcionando una barrera natural que proteja el paseo colindante.
En cuanto a su diseño, la nueva infraestructura, que ya ha iniciado sus obras de transformación, se diferenciará de la anterior al no seguir una línea semiparalela a la costa. En su lugar, se extenderá perpendicularmente desde el extremo de la playa del Cocó y tendrá una longitud total de 178 metros, con un tramo final de 32 metros que adoptará un giro de 30 grados hacia la costa, configurando una forma de "L".
En paralelo, el proyecto incluye el aislamiento de la playa respecto al vertido de aguas pluviales y residuales provenientes del desagüe del Cocó. A través de esta medida se pretende asegurar la calidad del agua para el baño y mejorar la renovación de las aguas en la zona, evitando episodios de eutrofización. Además, Costas apunta que con la acción del mar, la nueva distribución del arenal se moldeará progresivamente hasta alcanzar un “equilibrio natural”.
El subdelegado del Gobierno de Alicante, Juan Antonio Nieves, destaca la importancia de esta intervención en el marco de la estrategia de protección y regeneración del litoral. "Nuestra prioridad es ofrecer soluciones duraderas que equilibren la conservación natural con el desarrollo turístico y económico. Es una obra fundamental, que permitirá a los alicantinos disfrutar de una playa más segura y con mejores condiciones", señala.