El mal olor no entiende de horarios ni estaciones. Para los vecinos de las pedanías de Elche cercanas a la planta de residuos Els Cremats, al noroeste del término municipal, esta molestia es una constante que afecta a su vida diaria. Los fuertes y “desagradables” olores que emanan de esta instalación de tratamiento de basuras les impide abrir con normalidad las ventanas, pasear por la zona o simplemente disfrutar de la comodidad de sus casas.
Ante esta situación, y las numerosas quejas vecinales que se han intensificado en este 2025, el Ayuntamiento de Elche ha decidido actuar y estudiar medidas concretas para mitigar este problema ambiental y mejorar la calidad de vida de los residentes. Así, el alcalde Pablo Ruz se ha reunido este martes 18 de febrero con los afectados de estas pedanías ilicitanas para escuchar las preocupaciones de los vecinos y vecinas de la zona.
En el encuentro también ha participado la diputada provincial de Medio Ambiente, Magdalena Martínez, implicada en la gestión de la planta, y representantes del equipo de gobierno como el concejal de Pedanías, Raúl Sempere; el concejal de Servicios Públicos, Claudio Guilabert; y la presidenta del distrito Norte, Irene Ruiz. Ambas administraciones han adquirido una serie de compromisos para intentar minimizar los malos olores.
Sellado de la balsa y monitoreo
Tal y como ha detallado el consistorio en un comunicado, entre las medidas que se han puesto encima de la mesa destaca la importancia de finalizar el sellado de la balsa de lixiviados, ya que se considera una de las principales fuentes del problema. Sin embargo, los vecinos apuntan que el aumento de la emisión de los malos olores también se debe a los cerramientos y las puertas automatizadas no están funcionando correctamente.
Además, otra de las peticiones que se han atendido es la instalación un sistema de monitorización para medir la intensidad y la evolución de los olores en la zona, con el fin de tener datos precisos sobre su origen y comportamiento. También se llevará a cabo la plantación de más arbolado en los alrededores, una estrategia que puede contribuir a mitigar la dispersión de los olores y mejorar la calidad ambiental del área.
Asimismo, se estudiará la instalación de filtros de agua en las naves donde se realizan los procesos de tratamiento de residuos para reducir el impacto de los gases generados. “Queremos generar confianza y certidumbre. Esperamos que estas medidas tengan los frutos deseados y mejoren la calidad de vida de los vecinos”, ha concluido el alcalde. Los residentes, por su parte, aseguran que seguirán las movilizaciones para denunciar la situación si no hay avances.