La historia, el proceso científico a través de la arqueología y la cultura vuelven a estrechar su vínculo con el MARQ como nexo de unión inquebrantable. La zona expositiva del vestíbulo del museo cuenta desde esta mañana con la nueva muestra ‘Ajuares para la eternidad’ sobre el rito funerario en el Cabezo del Molino de Rojales. Este espacio expondrá durante un año cuatro conjuntos de joyas bizantinas halladas en la necrópolis de este singular yacimiento en la comarca de la Vega Baja; también explicará la pandemia que asoló a la sociedad de la época conocida como “peste de Justiniano”.El diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, ha inaugurado la nueva propuesta comisariada por Mª Teresa Ximénez de Embún, arqueóloga y técnica de Exposiciones de la Fundación CV MARQ. “Esta exposición nace de los resultados obtenidos en los trabajos de investigación llevados a cabo desde el año 2018 en el enclave del Cabezo del Molino, un proyecto único que nos permite conocer más acerca de nuestro pasado y comprender el desarrollo, las tradiciones y la evolución de nuestro territorio”. Navarro ha matizado que supone un “magnífico acompañante” histórico a la muestra ‘Dinastías’.Hallazgo de población bizantina
La exposición ‘Ajuares para la eternidad’ presenta una novedosa museografía dividida en tres bloques con paneles explicativos y un vídeo narrativo. A través de esta muestra se reflejan los trabajos llevados a cabo en una gran necrópolis en el Cabezo del Molino, uno de los primeros yacimientos de la provincia en el que se ha constatado la presencia de población de época bizantina. Además, se trata de una de las primeras manifestaciones en el territorio alicantino de comunidades cristianas en el mundo rural, según ha detallado Mª Teresa Ximénez.
Asimismo, de las excavaciones destaca el elevado número de enterramientos infantiles hallados. La arqueóloga explica que este suceso se podría haber generado por las víctimas de la grave epidemia llamada “peste de Justiniano” que azotó a la sociedad de la época. También se ha puesto el foco en un conjunto de sepulturas femeninas de edades muy jóvenes —entre 6 y 12 años— que presentaban “un tratamiento muy especial ante la muerte”. Los restos permiten comprender que tuvieron una muerte súbita y prematura que les impidió realizar en vida rituales de gran relevancia social, como el casamiento.Por ello, en su muerte y con el máximo de los cuidados, fueron ataviadas de forma especial con joyas propias de las novias. En estos casos, como ha explicado Ximénez de Embún, “el rito funerario documentado ha sido impactante y conmovedor y nos ha dejado conjuntos compuestos por collares y pendientes, de materias primas de alta calidad como el ámbar, el bronce y la plata, la pasta vítrea o las piedras semipreciosas como la cornalina y la turquesa”. Parte de esos conjuntos se podrán disfrutar hasta el mes de mayo de 2025.
