El viaje al pasado de Alicante ha tenido una parada de excepción en el MARQ. Durante casi diez meses, la exposición 'Ciudades de Luz. Ákra Leuké. Luvcentum. Laqant' abrió una ventana única a los orígenes de la ciudad, un recorrido que ha atrapado a 59.759 visitantes hasta su cierre el pasado domingo 7 de septiembre. Como broche final, el museo celebró dos jornadas de puertas abiertas que atrajeron a 835 personas en un fin de semana que supo a despedida y homenaje.
Un eco internacional
La muestra, que se desplegó en las salas temporales del museo arqueológico y en el espacio de su biblioteca, se inauguró el 20 de diciembre de 2024 y, desde entonces, ha sido punto de encuentro de un público muy diverso. Así, ciudadanos llegados desde distintos rincones del planeta se acercaron a descubrir cómo fue la Alicante más primitiva.
Destaca la presencia de visitantes procedentes de los países del Este, un colectivo muy numeroso, seguido por británicos, franceses, americanos y ciudadanos de países nórdicos. En cuanto al público nacional, los propios alicantinos no quisieron perder la oportunidad de reencontrarse con sus raíces. Tras ellos, los visitantes más asiduos procedieron de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, la Comunitat Valenciana, Andalucía y Castilla y León.

El legado imborrable
Más allá de las cifras, el museo señala que el éxito de la exposición confirma el "interés creciente" por redescubrir la historia local desde una mirada "accesible, dinámica y rigurosa". El planteamiento de 'Ciudades de Luz' no se limitó a mostrar únicamente las piezas arqueológicas, sino que ofreció un relato continuo que conectaba el pasado con la identidad actual de Alicante.
El recorrido ha estado estructurado cronológicamente en varias salas, permitiendo comprender cómo las civilizaciones íberas, romanas e islámicas se sucedieron en un mismo enclave geográfico, el Tossal de Manises. Las piezas expuestas han incluido cerámicas, esculturas, herramientas, monedas y otros objetos de uso cotidiano, algunos de los cuales se han exhibido por primera vez al público.
En los próximos días, los técnicos de la Fundación CV MARQ y del propio museo, junto con especialistas de más de treinta instituciones prestatarias, iniciarán el desmontaje de la muestra. Cada pieza regresará a su lugar de origen tras haber tejido un relato colectivo que ha dejado huella en miles de visitantes. El MARQ se despide así de una exposición que ha iluminado los orígenes de la ciudad y ha reforzado el papel del museo como espacio de referencia en la divulgación del patrimonio histórico.