El campo alicantino ha recibido con alivio y esperanza el último episodio de lluvias caídas en la provincia, un fenómeno que ha llegado en plenas fechas navideñas y que supone un respiro tras meses marcados por la escasez de agua y la sequía. Las precipitaciones, generalizadas y bien repartidas, han sido calificadas por el sector agrario como "un auténtico regalo de Navidad”.
Así, la entidad Asaja Alicante ha valorado de forma "muy positiva" las lluvias en el territorio alicantino durante este pasado jueves 25 de diciembre. De hecho ha sido día de Navidad más lluvioso en cien años, con valores récord desde que hay registros en ciudades como Alicante o Elche.
Sin daños
La organización agraria destaca que, en términos generales, las precipitaciones han tenido un efecto "claramente beneficioso" para la agricultura alicantina, tanto por su volumen como por la forma en la que se han producido en un territorio donde "cada litro cuenta". Según el comunicado difundido por la entidad, la lluvia ha caído “de manera fina, suave y progresiva”, lo que ha evitado problemas de erosión y arrastre de tierras.
“No se han registrado daños significativos y el agua ha penetrado muy bien en el suelo”, subraya Asaja, que remarca la importancia de este tipo de episodios en una provincia caracterizada por la irregularidad de las precipitaciones.
El presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, ha expresado su “satisfacción” por los acumulados registrados el jueves, al señalar que “ha llovido con regularidad en toda la provincia y el agua llega en un momento ideal para los cultivos de invierno y de secano”.
El efecto va más allá del alivio inmediato. Andreu explica que para el campo esta lluvia "es oro", porque humedece en profundidad, ayuda a lavar las sales, favorece el desarrollo radicular y "alivia unos acuíferos que llevan años muy castigados”.
Terreno enfangado
Asaja Alicante reconoce, eso sí, un único aspecto negativo del episodio: el estado del terreno. “El suelo enfangado complica las labores agrícolas”, especialmente en cultivos en plena recolección como la uva de mesa, el olivar, los cítricos y determinadas hortalizas. “La demanda de brócoli, alcachofas y lechugas es altísima en estos días festivos, y el barro dificulta el acceso de maquinaria y trabajadores”, explica Andreu.
“Aun así, el agricultor sabe esperar”, añade el presidente de la organización. “Con unos días de sol, el campo se secará lo justo y se podrá retomar la recolección con normalidad”, afirma, mientras observa cómo las parcelas aún húmedas reflejan un paisaje poco habitual en estas fechas.
Lluvia por zonas
El impacto del episodio ha sido desigual según las comarcas, aunque en muchas de ellas los registros han sido especialmente destacados. Asaja Alicante señala que las mayores cantidades se han concentrado en la Marina Alta, donde se han alcanzado cifras muy significativas, como los 160 litros por metro cuadrado en Pego, 120 en Xaló y Alcalalí y alrededor de 80 en Teulada.
En la Marina Baixa, las precipitacions también han sido relevantes, con una media cercana a los 75 litros por metro cuadrado. En zonas históricamente más afectadas por la escasez hídrica, como la Vega Baja y el Baix Vinalopó, las lluvias han supuesto un “alivio notable” e incluso “inesperado” en algunos municipios.
Como dato llamativo, la organización agraria destaca que en Elche se ha registrado “el día más lluvioso desde que existen registros, en 1953”, así como una de las jornadas más frías desde 1962. En localidades como Torrevieja, Guardamar, Rojales, Los Montesinos, Orihuela y la propia Elche se han recogido valores medios de entre 40 y 50 litros por metro cuadrado.
En L’Alcoià, la media se ha situado en torno a los 65 litros, “un volumen especialmente relevante para los cereales de secano”, mientras que en El Comtat los acumulados han rondado los 45 litros, con un impacto positivo para la agricultura. Por el contrario, en las comarcas del Vinalopó las precipitaciones han sido más escasas, con unos 20 litros en Villena y alrededor de 35 en municipios del Medio Vinalopó.