El antiguo edificio de la Casa Misericordia, referente patrimonial del complejo de Las Cigarreras, se prepara para iniciar una nueva etapa como espacio cultural y social. El proyecto de rehabilitación busca recuperar el valor histórico del inmueble del siglo XVIII y transformar su entorno con una profunda renaturalización que convertirá los patios interiores en plazas abiertas con nuevas zonas verdes que ‘entierran’ el muro de hormigón actual.
Así, la actuación, con una inversión de 9,6 millones de euros cofinanciados con fondos europeos, contempla la plantación de 22 nuevos árboles y la eliminación de varios tramos del muro perimetral que rodea el edificio. El Ayuntamiento ha detallado que el objetivo de este plan de demolición parcial pretende favorecer la visibilidad del conjunto y la integración con los barrios de San Antón, Carolinas y las laderas del Benacantil.

Sin embargo, el proyecto ha suscitado críticas desde el grupo Esquerra Unida Podem, que denuncia la tala de varios árboles durante las obras y la falta de transparencia en la gestión. “Una vez más asistimos a la destrucción del patrimonio verde urbano sin justificación ni comunicación a la ciudadanía”, señala su portavoz, Manolo Copé, que ha exigido la “paralización de cualquier actuación” sin los informes ambientales preceptivos.
Así cambiará Las Cigarreras
El diseño paisajístico del entorno de la Casa Misericordia se basa en la creación de un espacio verde con “vegetación capaz de ofrecer sombra, continuidad visual y una mejor integración con su entorno”. En total, se plantarán 22 ejemplares de especies seleccionadas por su resistencia al clima mediterráneo. Entre ellas, el consistorio destaca la incorporación de un ‘ficus elástica’, pensado para dar “volumen, cohesión y frondosidad”.
La intención es emular la atmósfera de la plaza de Gabriel Miró y las obras, a su vez, también incluyen la reordenación integral del jardín frontal. En este sentido, fuentes municipales apuntan que se ha retirado nueve álamos jóvenes, plantados después de 2010 y de “escaso porte” que, según los técnicos, amplificaban un “efecto de límite o empalizada” que es contrario a la idea de visibilidad del conjunto y “entorpecían el recorrido accesible”.

Los patios interiores del antiguo asilo se convertirán en plazas interconectadas para el paseo, el encuentro vecinal y la programación cultural al aire libre. El proyecto pretende reforzar la presencia del edificio histórico, hasta ahora oculto, y otorgarle una función urbana y social más activa. Además, este proyecto se enmarca dentro del plan anunciado por el alcalde para la creación de un nuevo eje cultural entre la Plaza de Toros y Las Cigarreras.
EU-Podem exige informes ambientales
El grupo municipal de Esquerra Unida Podem ha anunciado que solicitará formalmente al Ayuntamiento los informes técnicos y medioambientales que avalen la tala de los árboles realizada durante las obras de rehabilitación. Consideran que el Plan Director del Arbolado Urbano, en vigor desde hace varios años, obliga a “conservar, reponer y cuidar “los ejemplares en todas las actuaciones municipales, algo que, a su juicio, no se está cumpliendo.
“Cada árbol talado sin un motivo justificado es una pérdida irreparable para la ciudad”, afirma Copé, quien subraya la necesidad de aplicar una planificación “coherente y participativa” en materia ambiental. Desde la formación se insiste en que la integración paisajística del complejo “no debe hacerse a costa de eliminar vegetación existente, sino de combinarla con nuevos espacios verdes que amplíen el patrimonio natural urbano”.

El equipo de gobierno mantiene que la intervención responde a “criterios técnicos y paisajísticos”, y que la eliminación de “menos de una decena de ejemplares menores” permitirá mejorar la visibilidad y accesibilidad de todo el conjunto. Además, resaltan que las obras avanzan “dentro del calendario previsto”, aunque por el momento no han revelado cuándo se completará la instalación del nuevo museo y los espacios exteriores.