El Ayuntamiento de Alicante no pondrá coto al turismo masivo en la isla de Tabarca. Al menos esa fue la premisa en la última comisión delegada sobre el Plan Especial para Tabarca que está diseñando el consistorio. El enclave es un entorno protegido y, sin duda, es uno de los puntos con mayor número de visitantes a lo largo del año, especialmente en temporada alta. Y esa es precisamente la estrategia del equipo de gobierno: regular el flujo turístico y desestacionalizar las visitas, pero sin limitar el acceso de personas.
Esta posibilidad se está estudiando después de los datos recogidos en el informe sobre la capacidad de carga de Tabarca encargado al Instituto de Ecología Litoral. Tal y como explica el Ayuntamiento, el documento destaca que los problemas “no derivan únicamente del número de visitantes, sino de su comportamiento” y recomienda avanzar en la “desestacionalización” para evitar la saturación durante el verano.
Asimismo, el Ayuntamiento plantea un modelo de ordenación de los flujos turísticos que establezca zonas protegidas en áreas sensibles, como los espacios de nidificación de aves. Sin embargo, no se ha definido un límite concreto de acceso de personas, aunque el informe recalca la necesidad de medidas que mitiguen el impacto humano en el frágil ecosistema insular. Esa es la tesis que también defienden los grupos progresistas, que insisten en realizar un estudio “exhaustivo” del volumen de turistas.
El concejal del PSOE, Emilio Ruiz, expone que “para que los visitantes puedan tener una experiencia positiva en la isla hay que determinar un número máximo de personas”. De la misma manera, el portavoz de Compromís, Rafa Mas, reclama un estudio en profundidad de la situación turística de la isla. “Es necesario hacer una estimación basada en el número de billetes vendidos por las navieras y planificar la limitación a partir del 2026”, subraya.
Más actividades culturales y eventos
Por su parte, desde Esquerra Unida, su portavoz Manolo Copé, exige que se tomen “decisiones de calado” sobre el futuro de Tabarca, persiste en la necesidad de “acotar la capacidad de recepción de visitantes” y aboga por “desestacionalizar la oferta turística y apostar por otras propuestas complementarias al sol y playa”. Iniciativas, apunta Copé, que no tendrán ninguna efectividad “si no conocemos la cifra real de visitantes en la isla”.
Y en este contexto, la concejala de Turismo, Ana Poquet, presentó varias propuestas para fomentar el turismo sostenible durante todo el año, como el proyecto Starlight, que promueve la observación de estrellas en la isla. Este programa busca convertir Tabarca en un destino de interés astronómico, atrayendo visitantes fuera de la temporada alta.
Además, recogiendo el testigo de Copé, la edil desgranó que otro “eje central” de la estrategia es potenciar actividades culturales y colaborativas. Así, Poquet explicó que se contempla un incremento de la cooperación con la Asociación Tabarca Cultural para desarrollar eventos que diversifiquen las ofertas turísticas. El objetivo es enriquecer la experiencia de los visitantes más allá del verano, incentivando la participación en talleres, exposiciones y eventos que pongan en valor el patrimonio natural e histórico de la isla.
Patrimonio, urbanismo y protección marítima
En paralelo, otro de los temas abordado en la comisión fue el Plan Especial Nueva Tabarca, cuya redacción por parte de Gabinet D’Anàlisi Ambiental i Territorial S.L. ya han concluido. En este sentido, la concejala de Urbanismo, Rocío Gómez, informó que el documento inicial, que ahora debe ser revisado por los técnicos municipales, establece las bases para abordar la catalogación del suelo urbano y la delimitación de las zonas protegidas en la isla.
La visión integral del proyecto, apuntan fuentes municipales, busca equilibrar la conservación del entorno natural, el aprovechamiento sostenible del patrimonio cultural y una gestión eficiente de los recursos. Entre las acciones destacadas también se encuentra la mejora paisajística, orientada a preservar el carácter único de la isla y garantizar que el turismo no comprometa su legado ambiental ni cultural.
El Ayuntamiento también informó sobre los avances en la regulación del dominio marítimo-terrestre alrededor de Tabarca. En febrero de 2025 podría licitarse la actuación en uno de los dos campos de boyas previstos, lo que permitirá un anclaje más respetuoso con el entorno marino. Este proyecto pretende minimizar el impacto de las embarcaciones sobre los fondos marinos, especialmente en áreas sensibles para la flora y fauna submarina.
Por último, en el ámbito del patrimonio cultural, el Ayuntamiento ha solicitado al Ministerio del Interior la ampliación a 75 años de la cesión de la Torre de San José, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), para convertirla en un espacio museístico. La edificación, construida en 1789 como fortaleza defensiva, ha sido utilizada desde 1967 por la Guardia Civil y ahora se plantea como un punto clave para la divulgación de la historia y cultura de la isla.