Alicante instala una red de sensores de calidad del aire

Más de 45 puntos de la Zona de Bajas Emisiones medirán los niveles de NO₂ y partículas contaminantes en la ciudad para su entrada en vigor en enero de 2025

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Uno de los sensores instalados frente al Pitiu Rochel
Uno de los sensores instalados frente al Pitiu Rochel

El Ayuntamiento de Alicante ha finalizado la instalación de equipos de medición de calidad del aire como parte de la primera fase de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Un proyecto que en la capital alicantina no tendrá ni restricciones ni sanciones, tal y como acordaron el equipo de gobierno (PP) y el grupo municipal Vox para la aprobación de los presupuestos de 2024. La medida, que entrará en vigor en enero de 2025, únicamente se centrará en monitorear los niveles de NO₂ en los dos anillos exteriores al Casco Antiguo.

Así, la infraestructura incluye cámaras de lectura de matrículas y sensores en 45 postes y tres báculos distribuidos en “ubicaciones estratégicas” de la ciudad como Benalúa-Mercado, la Estación de Adif, el centro histórico, la Plaza de Toros, el Hospital General y el estadio José Rico Pérez. Además de registrar el tráfico, estas cámaras y sensores recogen datos detallados sobre varios contaminantes asociados a las emisiones de vehículos, entre ellos dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión como PM10 y PM2.5.

El Ayuntamiento ha explicado en un comunicado que para facilitar la comunicación y transmisión de estos datos, se ha completado la red de fibra óptica y el 100% de las canalizaciones necesarias, conectando la infraestructura de campo con el Centro de Procesamiento de Datos municipal. Este centro, equipado con servidores de virtualización, bases de datos, sistemas de gestión de video, cabinas de almacenamiento, switches, firewalls y licencias, permitirá analizar y almacenar la información recogida en tiempo real.

Sensores y paneles informativos

El despliegue permite abarcar tanto el interior como el exterior de los anillos definidos por la ZBE, proporcionando una visión integral de la calidad del aire en el municipio. Los resultados preliminares de estos equipos, según desvelan fuentes municipales, indican una “situación muy buena” de calidad del aire en las zonas monitorizadas. En este sentido, los niveles se encuentran dentro de los rangos más bajos, entre 0 y 40 para NO₂, entre 0 y 20 para PM10, y entre 0 y 10 para PM2.5, lo que sugiere un estado ambiental “óptimo”.

Asimismo, para mantener informados a los conductores sobre el estado de la calidad del aire y el tráfico en la ciudad, se han instalado diez paneles de mensajería variable en los principales accesos a Alicante. Estos dispositivos proporcionarán información actualizada y están ubicados en los puntos limítrofes del anillo más exterior de la ZBE.

La operatividad de la ZBE de Alicante está prevista para enero de 2025, cuando se realizará una evaluación del sistema a través de pruebas iniciales. En su etapa de arranque, la ZBE no impondrá restricciones de acceso adicionales para los vehículos en función de su etiqueta ambiental, permitiendo la circulación libre en los anillos II (Centro Tradicional) y III (Gran Vía). No obstante, Alicante mantiene restricciones en el acceso al Anillo I (Casco Antiguo), vigente desde 2011, que continuará regulando la entrada en esta área histórica.

Esa zona con limitación de accesos corresponde al interior del perímetro comprendido por el Casco Antiguo, entre la Rambla de Méndez Núñez, la avenida de Jaime II, la ladera del Castillo de Santa Bárbara y las calles Jorge Juan y Altamira, con más de 10 hectáreas de superficie. Un espacio acotado en el que se limita la entrada de vehículos autorizados o comerciantes, de modo que se utilice como “zona residencial” con prioridad del peatón.

Críticas del bloque progresista

El grupo municipal socialista tacha la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones de “fraudulenta”. La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Ana Barceló, critica que el equipo de gobierno “oculte” informes fundamentales, como el análisis económico de la ZBE y el calendario de implantación por fases. En esta misma línea, desde EU-Podem la consideran como una “chapuza” que “pone en peligro la salud de los alicantinos”.  

Además, el conjunto de la oposición progresista en el Ayuntamiento de Alicante alerta que la ausencia de medidas más contundentes podría resultar en la pérdida de fondos públicos destinados a la aplicación de la ZBE. "Nos preocupa que esta normativa no sea firme para combatir la contaminación y reducir las emisiones para cumplir con las exigencias de la normativa europea”, subraya el portavoz del grupo Compromís, Rafa Mas.

Aún así, el concejal Manuel Villar insiste en que “esta medida convertirá a Alicante en una ciudad más saludable y eficiente en términos de movilidad sostenible”. En esta línea, el edil responsable del área de Medio Ambiente recuerda que el Ayuntamiento ha introducido incentivos fiscales en la ordenanza para vehículos de bajas emisiones, con bonificaciones de hasta el 75% en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica.

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