Baja el IBI, pero sube el recibo del agua. El bolsillo de los vecinos y vecinas de Alicante vuelve a tensionarse con un nuevo aumento en las tasas municipales. Apenas unos meses después del 'tasazo' de la basura —que el Ayuntamiento ya ha comenzado a remitir a los hogares alicantinos— , el consejo de administración de Aguas de Alicante aprobó este lunes una pequeña revisión de tarifas que afectará a la práctica totalidad de las viviendas.
La empresa municipalizada justifica la decisión por la necesidad de acometer “nuevas inversiones estratégicas” en la red de abastecimiento y saneamiento. Sin embargo, el debate no ha estado exento de polémica y la izquierda alicantina ha cargado en bloque contra la medida, acusando al equipo de gobierno de aplicar “una subida encubierta de impuestos” y de “asfixiar” a las familias tras el reciente incremento de la tasa de residuos.
En el centro de la discusión se ha situado el beneficio obtenido por la empresa mixta en el último ejercicio, entorno a ocho millones de euros. La oposición progresista en el Ayuntamiento considera que parte de este montante debería haberse destinado a financiar las mejoras sin trasladar el coste a los consumidores dos años después de aplicar otra subida del 6%.
¿Cuánto sube el recibo del agua?
Aguas de Alicante explica que se trata de un “ligero” incremento de entre 15 y 30 céntimos al mes para el 82% de los consumidores alicantinos. La compañía considera esta cifra “moderada” y “proporcionada” al volumen de inversiones previstas. La entidad detalla que la medida permitirá recaudar cerca de un millón de euros que se destinarán a infraestructuras hidráulicas “esenciales” como los depósitos de Montepinos y Castalla.
Además, subraya que permitirá avanzar en la implantación de la red de agua regenerada. “Es una actualización necesaria para mantener la calidad del servicio y seguir apostando por la sostenibilidad del ciclo integral del agua”, justifican desde la empresa mixta, participada por el propio Ayuntamiento de Alicante y el grupo empresarial Hidraqua.
Aguas de Alicante insiste en que la revisión “no representa una subida significativa” y recalca que se incrementará en 100.000 euros el Fondo Social destinado a familias vulnerables, de modo que “nadie quede atrás por razones económicas”.
La izquierda rechaza el aumento
Los grupos municipales de la oposición, sin embargo, rechazan de plano los argumentos de la compañía y del gobierno local. El PSOE, Compromís y EU-Podemos coinciden en que la subida llega en “el peor momento posible” y que el Ayuntamiento debería haber optado por congelar la tarifa.
La portavoz socialista, Ana Barceló, recuerda que la tasa ya se incrementó un 6% hace dos años, y califica de “inaceptable” que se vuelva a repercutir un aumento sobre los hogares alicantinos cuando la empresa “ha cerrado el ejercicio con beneficios más que suficientes para ejecutar las obras previstas”.
Barceló acusa al alcalde, Luis Barcala, de “engañar a la ciudadanía” con su política fiscal: “Baja el IBI y el impuesto de construcciones por exigencia de Vox, pero después sube el agua y la basura para compensar la recaudación”.
Desde Compromís, la edil Sara Llobell tilda la medida de “contradictoria” con el discurso de PP y Vox: “Presumen de bajar impuestos, pero luego aprueban subidas continuas en los recibos básicos. Si se trata de aliviar la carga fiscal, debería empezar por los servicios esenciales”.
Por su parte, el portavoz de EU-Podemos, Manolo Copé, considera que “no existe justificación económica” para elevar el recibo y advierte de que la recaudación adicional “supone una carga directa sobre las familias” que “bien podría haberse evitado tras los buenos resultados de la empresa”.
En este sentido, Copé sostiene que mantener la tarifa congelada era "perfectamente asumible" y que la decisión “responde más a criterios políticos que a una verdadera necesidad de financiación”.