La provincia de Alicante vive una escena poco habitual en pleno verano: un municipio ha prohibido el baño en todas sus playas. Y en este caso no es como consecuencia de la calidad del agua, sino por la aparición inesperada de dos ejemplares de Glaucus atlanticus, un pequeño molusco potencialmente peligroso conocido popularmente como Dragón Azul.
Así, este miércoles por la tarde el coordinador del servicio de socorrismo en la playa de Vivers, en Guardamar del Segura, avistó ambos animales y dio aviso al Ayuntamiento. La reacción fue inmediata: prohibición total del baño y vigilancia del litoral para descartar la presencia de más ejemplares en otros puntos de la costa. Aunque miden apenas cuatro centímetros, sus picaduras pueden causar mareos, vómitos y dolores intensos.
Once kilómetros bajo vigilancia
El alcalde de la localidad de Guardamar, José Luis Sáez, expuso este miércoles la decisión en sus redes sociales, donde explicó que la prohibición se mantendrá activa, al menos, entre 12 y 24 horas dependiendo de cómo evolucione la situación. Durante este tiempo, además de la señalización, se informará a los bañistas mediante megafonía para evitar riesgos indeseados.

Asimismo, desde el Ayuntamiento recuerdan la importancia de "no manipularlo bajo ningún concepto", ni siquiera con guantes, y avisar de inmediato a socorristas o autoridades en caso de nuevos avistamientos. Si se produce un contacto accidental, los expertos recomiendan enjuagar la zona afectada con agua salada y acudir al puesto de socorro o a un centro sanitario. El objetivo es actuar con rapidez para evitar complicaciones.
El dragón azul es un nudibranquio marino de aspecto llamativo, con un intenso color azul metálico y formas que recuerdan al ser mitológico. Sin embargo, detrás de su belleza se esconde un peligro real. Este pequeño molusco se alimenta de medusas como la carabela portuguesa y acumula sus células urticantes, lo que amplifica los efectos de su picadura.
Visitante poco frecuente
La presencia del Glaucus atlanticus en aguas mediterráneas no es habitual, pero ha aumentado en los últimos años. De hecho, hasta 2021 no se había registrado en el litoral español en tres siglos. La primera cita documentada en más de 300 años fue en Las Estacas, en Orihuela Costa, y tan solo dos años después otro ejemplar fue hallado en la playa de La Mata, en Torrevieja.
Por ahora no se han producido más avistamientos, aunque otras localidades como Orihuela, Santa Pola, Torrevieja y Elche mantienen la vigilancia por si se detecta la presencia de nuevos ejemplares en sus aguas. Hasta el momento, el baño se mantiene prohibido en Guardamar. “La prioridad es garantizar la seguridad de los bañistas”, insiste el consistorio al tiempo que recuerda extremar las precauciones y atender las indicaciones de los socorristas.