Más allá de la costa: el turismo de interior “empuja” para consolidarse en Alicante

La naturaleza, las actividades al aire libre, las experiencias especializadas o la gastronomía son el motor de un sector que reclama una mayor promoción

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parque natural font roja
parque natural font roja

La provincia de Alicante es uno de los territorios turísticos por excelencia. Factores como el buen clima durante la mayor parte del año, los inagotables días de sol, y las extensiones kilométricas de playas de arena fina e impresionantes calas recónditas han convertido a la Costa Blanca en uno de los destinos más concurridos. Elementos a los que también se suma una gastronomía de primera calidad y una gran oferta cultural y patrimonial. Pero si existe un diamante en bruto todavía por acabar de pulir ese es el magnífico turismo de interior en una provincia que es la segunda más montañosa de España.

Desde sus inicios, este tipo de turismo enfocado en el descanso, la tranquilidad o experiencias de carácter deportivo en plena naturaleza surgió como una alternativa al turismo de sol y playa, capitaneado por el motor de una ciudad como Benidorm. "A menudo queda en segundo plano frente al turismo de costa, pero seguimos luchando por aumentar su reconocimiento”, señala el presidente de la asociación Turismo Alicante Interior, Ramón Reche. Unas palabras a las que reivindica también la oferta de interior como una alternativa única al mismo tiempo que reconoce su excelente papel como complemento a las playas.

En este misma línea, el director del Patronato de Turismo Costa Blanca, José Mancebo destaca las líneas de actuación que desde el año 2015 se realizan desde la entidad provincial para vertebrar la oferta interior e integrarla en su conjunto: “El enfoque ha sido poner un énfasis particular en estilizar nuestras todas líneas de productos turísticos y en destacar el interior como un producto específico dentro de nuestra oferta”. Aun así, desde el sector argumentan que todavía queda camino por recorrer “en materia de promoción y de diálogo directo con las partes implicadas”, apunta Reche.

El reto de la desestacionalización

El impacto de la época de la pandemia supuso un incremento exponencial para el turismo de interior, pero desde la asociación empresarial subrayan que fue “pasajero”: “El crecimiento durante los años 2020 y 2021, condicionados por la pandemia y el ímpetu de las personas por evitar las aglomeraciones y las zonas no más masificadas, no ha acabado por consolidarse en los años posteriores. La gran mayoría de los turistas han vuelto a sus destinos habituales en la costa”, expone Reche al mismo tiempo que reconoce que aunque ha habido una evolución todavía no ha alcanzado la consolidación esperada.

Una situación que se refleja en los datos de ocupación en temporadas fuera de verano o Navidad. Aunque eventos festivos y culturales como las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy suponen un dinamizador de la zona con más del 90% de ocupación, la desestacionalización sigue siendo el principal reto. "Fuera de la temporada alta o acontecimientos puntuales los hoteles se mantienen en torno a un 30%, por lo que necesitamos trabajar para aumentar la ocupación y mantener establecimientos dignos durante todo el año”, explica el presidente de Turismo Alicante Interior.

En total, el interior de la provincia de Alicante cuenta con 68 hoteles (4.418 plazas) y 27 hostales (800 plazas). Desde el Patronato Costa Blanca apuntan que ha habido un incremento interanual de plazas del 2% y del 2,7%. Sin embargo, el gran incremento de oferta se ha producido entre los apartamentos turísticos (con un 8,7% y 21.295 plazas), las casas rurales (con un 7% y 2.296 plazas) y los campings (con un 5% y 6.058 plazas). "Se ha avanzando en la profesionalización de la oferta turística del interior, con la llegada de nuevos negocios y empresarios locales y extranjeros que están invirtiendo en este sector”, señala Mancebo.

La naturaleza como elemento diferencial

Todos los actores implicados, tanto instituciones como el sector privado, coinciden que una de las bondades más importantes del turismo en la provincia de Alicante es la diversidad geográfica y paisajística. "El territorio ofrece una heterogeneidad impresionante, desde montañas y sierras hasta parques naturales y zonas costeras, lo que permite una amplia gama de actividades tanto al aire libre como de ocio”, resalta Mancebo. Y esta cuestión, el sello definitorio del atractivo del interior pasa por sus recursos naturales únicos. Una identidad natural que se entrelaza a la perfección con el turismo deportivo, las rutas o las escapadas. La provincia alicantina cuenta con un total de 219 senderos homologados y 66 áreas recreativas en plena naturaleza, así como la Gran Ruta Costa Blanca Interior, una travesía de más de 432 kilómetros dividida en 20 etapas que permite explorar la diversidad paisajística y cultural.

Alicante es, además, la segunda provincia más montañosa de España con un total de 60 cumbres por encima de los 1000 metros, lo que la hace ideal para la práctica de deportes como la escalada, a través de vías equipadas, rocódromos y vías ferrata, o el cicloturismo. “Sin olvidarnos de los parques naturales protegidos en la provincia, como puede ser el de la Font Roja o la Sierra de Mariola”, matiza Ramón Reche.

En este sentido, uno de los grandes atractivos del interior de la provincia de Alicante es precisamente ese gran lienzo que proporciona el abrupto territorio para convertirse en una referencia como escenario predilecto para el turismo activo. “Es una joya que muchas veces incluso los propios alicantinos desconocen. Falta dar un paso en difusión”, sostiene Reche.

Experiencias más sofisticadas

Además de la naturaleza, las fiestas y la gastronomía son otro de los principales sellos del interior de la provincia de Alicante. Y en los últimos años se está consolidando una oferta de experiencias más sofisticadas en paralelo a la profesionalización del sector. “El interior está siendo capaz de vertebrar su oferta con una clara evolución hacía la especialización a través de interesantes propuestas que se alejan de modelos uniformes y buscan una mayor diferenciación y calidad de la experiencia”, subraya Mancebo. “Son actividades que han llegado para quedarse”, apostilla por su parte el responsable de la asociación turística. Así, elementos novedosos como el oleoturismo o enoturismo se han integrado como una arista más en Alicante. “Cada vez son más habituales las rutas oleoturísticas, en la que las personas realizan una cata de aceites, una posterior visita a la Almazara y después pernoctan en alguno de los establecimientos. Algo que también sucede con el vino en las bodegas de la zona y a la gente les encanta”, explica Reche. Experiencias que según Mancebo “aportan valor” y potencian al conjunto de la Costa Blanca con una oferta mucho más diversificada y completa para atraer turistas en diferentes ámbitos.

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