La Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alicante (Easda) reabrió el pasado lunes 10 de noviembre después de cuatro semanas cerrada por una plaga de pulgas, en medio de un clima de protestas y de quejas por el estado del edificio. Estudiantes y docentes mostraron su rechazo a entrar en las aulas, llegando incluso a precintar la entrada, y el sindicato STEPV señala que el último informe de seguridad apuntaba a un “riesgo estructural”.
La entidad sindical del personal docente advierte del deterioro en soportales y zonas de paso, recogido ya en 2018 en un documento interno de seguridad, y de “deficiencias graves” en el mantenimiento general de las instalaciones. “A pesar de estas advertencias, seis años después el centro continúa en el mismo estado, agravado por problemas recientes que ha obligado a trasladar la docencia a modalidad en línea”, enfatizan.
Informes técnicos y advertencias previas
El sindicato recuerda que el informe técnico elaborado por el Invassat incluía recomendaciones específicas. Aquel documento subrayaba la necesidad de realizar una valoración estructural “inmediata” por parte de personal técnico competente, la recomendación de “cerrar las zonas afectadas” hasta su reparación y la urgencia de un plan estable de mantenimiento y revisiones periódicas.

En esta línea, los miembros del comité de salud laboral del STEPV subrayan que la escuela se encuentra en un “escenario de degradación continuada, carencia de mantenimiento y condiciones incompatibles con la seguridad y salud laboral”. El sindicato también alerta de que la situación de la Easda es similar a la de “muchos centros educativos de Alicante, marcada por la periferia, el abandono administrativo y décadas de inacción institucional”.
Por este motivo, ha solicitado formalmente un nuevo informe actualizado que incluya la participación sindical con el fin de determinar el estado real de las instalaciones y establecer si existe riesgo grave e inminente. “El informe de 2018 ya era contundente. Hoy la situación es peor y absolutamente insostenible”, señalaron.
El STEPV recuerda que la Conselleria de Educación es la responsable directa del mantenimiento del centro y afirmó que es necesaria una intervención inmediata. Además, solicita al Ayuntamiento de Alicante que acuerde con la administración autonómica una solución para la reubicación o para la construcción de un nuevo edificio que garantice condiciones de seguridad y salubridad.
Protestas de estudiantes y docentes
El deterioro del inmueble ha llevado a estudiantes y profesores a unirse en la plataforma “nueva Easda ya”, desde la que denuncian que trabajan en “condiciones precarias e insalubres desde hace décadas”.
La comunidad educativa sostiene que el centro en el que están desde hace más de treinta años presenta “graves carencias en cuanto a salubridad y seguridad” y explica que durante diez años han expuesto a las administraciones la “peligrosidad de las instalaciones, su condición de ruina técnica y el mal estado del terreno circundante”.

Como muestra de la situación exterior del edificio, alumnos enseñaron este lunes basuras y jeringuillas encontradas en los alrededores del centro. Según la plataforma, la falta de soluciones por parte de las administraciones ha derivado en “un problema de salud para nuestra comunidad”, que consideran fruto de una actitud negligente. Ante estos hechos, alumnado y profesorado reclaman la reubicación en un espacio que cumpla “las exigencias higiénicas, funcionales y normativas adecuadas”.
La situación llega a les Corts
Las quejas de la comunidad educativa han provocado que Compromís lleve el asunto a les Cortss Valencianes y a la Inspección de Trabajo. El diputado Gerard Fullana ha registrado en el parlamento una pregunta y una solicitud de información sobre el estado del centro. A nivel municipal, la coalición ha propuesto trasladar temporalmente a la comunidad educativa a Harineras ante el riesgo de ruina técnica.
Según la formación, los edificios del complejo, especialmente el número 2, presentan deficiencias estructurales visibles como goteras, falsos techos caídos, humedades o aulas habilitadas en antiguos baños que generan malos olores. También señalan problemas en el entorno del centro, donde se observan basuras y escombros.
Compromís manifiesta que la actual sede ocupa una antigua escuela infantil de los años setenta, un edificio “sin accesibilidad, sin aislamiento térmico y que presenta grietas y fisuras en paredes y techos”, al que se suma la reciente plaga de pulgas que obligó a un forjado sanitario de urgencia.
