Alicante 'protege' las fachadas históricas y frena alteraciones para uso comercial

El Ayuntamiento blinda la integridad de los inmuebles protegidos frente a reformas motivadas para adaptarlos a nuevos negocios

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Demolición de un edificio histórico en Alicante
Demolición de un edificio histórico en Alicante

Alicante pone límites a la transformación de edificios con valor patrimonial. El Ayuntamiento ha establecido un nuevo criterio urbanístico con el que busca reforzar la protección del patrimonio arquitectónico de la ciudad. La medida pone el foco en la conservación íntegra de las fachadas de edificios catalogados como protegidos, limitando cualquier actuación que implique su modificación o derribo.

Esta iniciativa, que ha sido aprobada este martes en Junta de Gobierno se centra en un cambio normativo que pretende frenar las alteraciones de los inmuebles históricos de la ciudad por motivos relacionados con cambios de uso, especialmente a las reformas orientadas a actividades comerciales. 

El último ejemplo es el derrumbe de la emblemática fachada de principios de siglo XX del número 5 de la avenida del Doctor Gadea, que fue demolida el pasado mes de noviembre para construir un nuevo bloque de apartamentos hoteleros.

El uso original prevalecerá sobre adaptaciones futuras

El nuevo criterio interpretativo afecta a los inmuebles incluidos en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, ya sea vigente o en tramitación, y se aplicará como marco de referencia para autorizar o denegar intervenciones urbanísticas. En esencia, establece que cualquier uso futuro del edificio deberá ser compatible con el mantenimiento de su fachada original.

“Prevalecerá como uso preferente el original o primitivo del edificio”, señala el comunicado emitido por el Ayuntamiento, que añade que no se podrá autorizar “la eliminación de elementos arquitectónicos de las fachadas de edificios protegidos”. La concejala de Urbanismo, Rocío Gómez, ha recalcado que se trata de una decisión orientada a garantizar el respeto a los valores arquitectónicos que identifican a la ciudad.

“Desde la concejalía promovemos el respeto a los elementos protegidos en las fichas del catálogo, preservando tanto el mantenimiento de las fachadas como la prevalencia de los usos iniciales para los que se construyeron”, ha declarado. De esta forma, Gómez enfatiza que se pretende evitar que estos inmuebles pierdan su "autenticidad e identidad" por la presión de usos ajenos a su construcción original.

Acabar con ambigüedades normativas

El Ayuntamiento reconoce que hasta ahora la normativa urbanística permitía ciertas interpretaciones que han derivado en intervenciones que califican de "poco adecuadas". Algunos inmuebles históricos han sufrido modificaciones en su fachada —sobre todo en plantas bajas y entreplantas— al adaptarse a usos comerciales compatibles con el planeamiento vigente.

En estos casos, explica el consistorio, se han practicado rebajes, aperturas o alteraciones que han transformado el diseño arquitectónico original. “Se han ocasionado graves daños a los inmuebles protegidos por la modificación y eliminación de elementos arquitectónicos de relevancia en la fachada”, detalla el criterio aprobado.

La aplicación de este nuevo enfoque pretende eliminar esas zonas grises de interpretación. A partir de ahora, cualquier obra en edificios protegidos deberá respetar fielmente su configuración original. Los promotores estarán obligados a presentar proyectos que incorporen la conservación de los elementos arquitectónicos, lo que también implicará un control más estricto desde los servicios técnicos municipales.

Preservar el valor cultural y urbanístico

El Ayuntamiento alerta especialmente sobre los riesgos que entrañan los cambios de uso en edificios que fueron concebidos originalmente como viviendas y cuyas características constructivas no son compatibles con otras funciones. Se trata de inmuebles con plantas bajas elevadas respecto al nivel de la calle y sin acceso directo desde la vía pública.

Para adaptarlos a usos terciarios o comerciales, aseguran fuentes municipales, en ocasiones se ha recurrido a intervenciones "agresivas" que han desvirtuado la fachada. Por ello, el nuevo criterio remarca que la conservación de estos edificios no debe ser negociable. “Impidiendo que con otros usos se vean alterados, modificados o incluso eliminados los elementos arquitectónicos sujetos a protección por su elevado valor”, asevera el comunicado.

La intención, según el consistorio, es fomentar un urbanismo que ponga en valor el legado histórico y arquitectónico, garantizando que el desarrollo económico no se haga a costa de la identidad visual y cultural de la ciudad de Alicante.

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