El histórico quiosco municipal de La Explanada de Alicante, vinculado durante más de un siglo a la heladería Peret, encara una nueva etapa en la que dirá adiós a su popular nombre. El Ayuntamiento despeja el camino tras varios meses de idas y venidas —y silencios sobre el estado del proceso— y aprueba el inicio del procedimiento de concesión a un nuevo gestor tras desalojar a la empresa que explotaba el local desde 2015.
El contrato prevé una explotación inicial de siete años, prorrogable en dos periodos de otros tres que permitiría alcanzar una duración máxima de trece años. El canon de salida fijado asciende a 170.000 euros en el primer ejercicio y aumenta progresivamente hasta los 191.447 euros en el séptimo, lo que supondría un total superior a 1,2 millones de euros en esa primera fase.
Antes de 2026
Tal y como explica la portavoz municipal y concejal de Vía Pública, Cristina Cutanda, el adjudicatario dispondrá de un plazo de tres meses para reabrir el local tras la formalización del contrato. En este sentido, desde el consistorio fijan la fecha de apertura “antes de que finalice el año” para recuperar una “heladería icónica de la ciudad” que bajó las persianas el pasado mes de abril tras la resolución contractual por la deuda del anterior concesionario.

El quiosco, situado en el extremo norte de La Explanada, dispone de 39 metros cuadrados de superficie y está equipado con fontanería, saneamiento, electricidad e iluminación. El documento técnico contempla que su estructura metálica, con ventanales amplios y toldos eléctricos en tres de sus fachadas, deberá ser restaurada y reparada, con obras de renovación tanto interiores como exteriores, a cargo del futuro gestor del espacio.
Productos artesanales
La actividad autorizada debe ser la misma que la del adjudicatario anterior, es decir la de cafetería-heladería sin cocina, aunque se permitirá el uso de plancha, tostador y horno siempre que no se generen humos. El espacio de terraza, que puede alcanzar unos 180 metros cuadrados bajo entoldado, queda fuera de la concesión y se tramitará en un procedimiento administrativo aparte, sujeto a la ordenanza de veladores vigente.
El pliego de condiciones incorpora, al mismo tiempo, un requisito clave: la concesionaria deberá trabajar con productos artesanales, en especial helados y granizados, manteniendo así la tradición que ha caracterizado al quiosco desde hace más de un siglo. La elaboración propia de estos productos supondrá un 10% de la puntuación evaluable en el concurso, mientras que el 90% restante dependerá de la oferta económica presentada.
Identidad alicantina
Cristina Cutanda detalla que el nuevo modelo busca “garantizar” la continuidad de una actividad “muy ligada a la memoria de la ciudad”. El Ayuntamiento considera que el atractivo “histórico y simbólico” puede reforzar su viabilidad económica y turística. Y es que la trayectoria del Peret está unida a la de Alicante desde su origen en 1916, cuando una orden real concedió el permiso para instalar un quiosco de refrescos.
Poco después de su apertura, el negocio cambió de manos y Pedro Fuster Iborra adquirió el espacio para despachar horchata, refrescos, golosinas y frutos secos que pronto lo convirtieron en un punto de referencia para alicantinos y alicantinas. La historia concluyó de forma abrupta la pasada primavera con la rescisión de la concesión anterior, ya desligada de la familia Iborra pese a mantener el nombre, tras acumular impagos desde 2021.