La provincia de Alicante alberga el pueblo más bonito de España. El carácter mediterráneo y la herencia morisca con sus casas blancas y callejuelas empedradas le han valido este título honorífico y su reconocimiento como uno de los mejores destinos por National Gegraphic. ¿Todavía no sabes a qué pueblo nos referimos? Se trata de la localidad de Altea, cuyo espectacular casco histórico encabeza la lista de los cien pueblos españoles más bonitos.
Sin duda, este municipio de la Costa Blanca es uno de los rincones con mayor encanto de Alicante. El casco antiguo ofrece varios miradores con vistas privilegiadas, como el de los Cronistas de España o el Mirador Blanco, desde los que contemplar el singular entramado urbano y la inmensidad del Mar Mediterráneo. Además, la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo permite captar una postal preciosa con las casas blancas como telón de fondo.
Por supuesto, el centro histórico de Altea no es solo reconocido por una belleza fotográfica que dejará sin palabras, sino porque también es un auténtico centro de ocio, cultura y gastronomía. A su vez, el paseo marítimo y sus playas no tienen desperdicio. Y si te apetece practicar senderismo, este maravilloso pueblo también ofrece diferentes rutas para descubrir la Serra Gelada o la Sierra de Bernia.
Un paraje por descubrir
Más allá de su impresionante instantánea, Altea también cuenta con distintos puntos específicos considerados como Bien de Interés Cultural. En este exclusivo listado podemos encontrar el Portal Vell, que se conserva en la actualidad con su trazado inalterado y en el que se puede observar la unión del templo original con la nueva iglesia.

Asimismo la pintoresca Calle Salamanca es una de las mayores exponentes de la tipología arquitectónica de la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX. Pasear por esta calle te traslada a otra época con edificios intactos de la adinerada burguesía local de aquel momento.
Por su parte, el Portal Nou es la segunda de las dos puertas que se conservan y se construyó a mediados del siglo XVIII dada la importancia del Rabal Marinero. Anexa al Portal, se encuentra la Plaza de Carmelina Sánchez Cutillas, con la que Altea rinde tributo a la escritora de la generación del 50 que llevó al mundo fantástico de las letras las calles de la localidad a través del libro Matèria de Bretanya.
Además, la calle Santa Bárbara es otro de los rincones con más encanto de Altea. En el interior de esta callejuela empedrada se encuentra un edificio singular con una espectacular fachada como es la Casa Cervantes. Esta construcción fue obra de D. Francisco Martínez i Martínez, miembro de la Renaixença Valenciana de principios del siglo XX y eminente estudioso de la obra de Miguel de Cervantes.
Por último, una de las visitas obligadas es la popular Plaza de la Iglesia, espacio que en épocas pasadas era el lugar que ocupaba el Castillo de Altea. Por otra parte, cabe destacar que Altea cuenta con tres puertos deportivos: Puerto Deportivo Campomanes (Marina Greenwich), el Puerto Deportivo del Club Náutico de Altea y Puerto Deportivo Porto Senso. Y también un puerto pesquero.
De esta forma, Altea ofrece una gran variedad de opciones como deporte naútico, un paseo por el paseo marítimo, restaurantes, hoteles, monumentos y rincones con encanto para dejarse inspirar. Así que si todavía estás pensando en visitar esta preciosa localidad, no pierdas la oportunidad y adéntrate en un pequeño viaje a través de uno de los pueblos de España considerados más bonitos por la prestigiosa firma National Geographic.