Circular por la acera con un patinete eléctrico —o cualquier otro aparato como monopatines, patines y similares— ya no pasa desapercibido en Alicante. En solo quince días, del 15 al 30 de marzo, la Policía Local ha levantado un total de 315 registros de sanción por el mal uso de estos vehículos de movilidad personal (VMP) en distintos barrios de la ciudad.
¿Dónde se han llevado a cabo estos controles? Tal y como ha detallado el Ayuntamiento, los agentes han actuado en avenida de Jijona y plazas de España y Santa Teresa; el casco antiguo; Alfonso X El Sabio, Mercado Central y Jaime II; Ciudad de Asís, San Blas, Zona Norte, Altozano, Los Ángeles, La Florida, Benalúa y Babel; eje de las calles Pintor Baeza-Colombia; playas; y avenida de Elche, Gran Vía y San Gabriel.
En este sentido, la campaña se ha focalizado en lugares prohibidos para los patinetes eléctricos como es el caso de las aceras, paseos pavimentados (como la Explanada de España y paseos peatonales de la avenida de Niza, El Postiguet y Urbanova), las zonas peatonales, las aceras-bici y los carriles-bus y la plataforma del TRAM.
Estas son las multas más frecuentes
La gran mayoría de las multas interpuestas por la Policía Local a personas con patinetes eléctricos corresponden a circular por zonas peatonales no autorizadas: 113 (35%). Además, también se ha sancionado en 68 ocasiones (21,6%) la circulación por vías no permitidas, así como por no llevar el casco, que ha sumado otras 45 sanciones (14,3%).

En paralelo a estas irregularidades también se han impuesto 19 sanciones por conducción negligente; 16 por circular con auriculares, cascos o usando el teléfono móvil; 14 por no respetar los límites de edad; 13 por transportar un segundo pasajero; 12 por utilizar los carriles bus o plataforma del tranvía; 10 por ausencia de timbre, luces o frenos; y 5 por otras causas como saltarse el semáforo o circular en sentido contrario, entre otras.
La sanción puede llegar a 500 euros
Las infracciones estipuladas en la ordenanza municipal que regula el uso de este tipo de aparatos de movilidad personal pueden ser sancionadas con importes de 100 a 500 euros. Uno de los objetivos de esta campaña es perseguir la conducción negligente o temeraria y, al mismo tiempo, velar por el respeto a la preferencia de paso de los peatones y no circular por encima de 25 kilómetros/hora, el máximo permitido en la normativa.
A su vez, la edad mínima permitida para los VPM equipados con motor eléctrico es de 16 años y sólo se autoriza una plaza a bordo. “Esta campaña de vigilancia recalca la importancia de circular con precaución al mando de estos vehículos”, ha indicado el concejal de Seguridad, Julio Calero. “Y también la necesidad de usar casco de protección, no circular por aceras o zonas peatonales y respetar los límites de velocidad”, ha añadido.
Campañas paralelas
Más allá de este control a los VMP, la Concejalía de Seguridad y la Policía Local han desarrollado otras campañas como la instalación de nuevos radares en los principales accesos de la ciudad, en este caso en colaboración con el área de Movilidad Urbana, que han permitido reducir la velocidad para mejorar la seguridad vial y el riesgo de accidentes.
"Esta serie de campañas de control también ha puesto el foco en la limpieza viaria y el vertido incontrolado de residuos”, ha resaltado Calero. Estos controles se saldaron con 100 denuncias en 10 días. Ahora se ha seguido con los VMP junto a una acción divulgativa previa en los centros escolares de la ciudad para informar sobre requisitos, características y diferente tipología de vehículos, así como de las normas de circulación en las vías urbanas.