Así es el plan que redefine el tráfico entre Orihuela y Torrevieja

El proyecto contempla el desdoblamiento de la CV-95 y sacar el tráfico de los núcleos urbanos con una inversión récord de 180 millones de euros

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Rotonda de la CV-95 a la altura de San Miguel de Salinas
Rotonda de la CV-95 a la altura de San Miguel de Salinas

Tras casi cuatro décadas de promesas incumplidas, la Generalitat Valenciana vuelve a situar el proyecto de desdoblamiento de la CV-95 entre Torrevieja y Orihuela sobre la mesa. El conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, ha anunciado que el plan se reactivará mediante un modelo de concesión a una empresa privada, con una inversión total de más de 180 millones de euros.

El propio conseller ha detallado el proyecto en una reunión a la que han acudido los alcaldes, alcaldesas y representantes de los municipios de la Vega Baja como Orihuela, Torrevieja, San Miguel de Salinas, Benijófar, Albatera, Cox, Pilar de Horadada y Bigastro. Junto a ellos, también se encontraban las principales empresas del sector de la construcción en la comarca como Grupo TM, Gomendio, Grupo Marcos o Tabisam, entre otras.

Reunión de Martínez Mus con los alcaldes de a Vega Baja
Reunión de Martínez Mus con los alcaldes de a Vega Baja

La actuación, que se suma al proyecto de mejora de la N-332 a su paso por Torrevieja, es muy importante para mejorar la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos, “especialmente teniendo en cuenta el aumento exponencial de población en época estival, que pasa de 370.000 habitantes en invierno a más de 1,2 millones en verano”, ha incidido Martínez Mus.

Una carretera con historia… de retrasos

El desdoblamiento de la CV-95 ha sido una reivindicación histórica, especialmente por su papel clave como eje vertebrador entre la costa y el interior sur de la provincia de Alicante. La carretera, de 26,5 kilómetros, soporta un tráfico denso —incluido transporte pesado— en un trazado que apenas ha evolucionado desde su construcción original.

Martínez Mus ha reconocido que el modelo elegido será una concesión a largo plazo, entre 20 y 40 años, mediante la cual la administración autonómica irá amortizando la inversión realizada por la adjudicataria. Aunque aún no hay plazos definitivos, el conseller ha asegurado que el objetivo es tener el proyecto finalizado antes de que termine la legislatura.

“La tramitación es larga, pero la intención es iniciar la licitación de la concesión en los próximos años”, ha insistido el titular de Infraestructuras. Además, ha recordado que primero se debe aprobar el estudio de viabilidad del proyecto de colaboración público-privada y después que el proyecto definitivo supere la estimación de impacto ambiental.

No obstante, la noticia llega apenas unos meses después de que se eliminara de los presupuestos autonómicos de 2025 una inversión plurianual prevista para arrancar el proyecto con una partida inicial de 25 millones de euros. Un movimiento que había sembrado dudas sobre la voluntad real del Consell de llevarlo a cabo.

Trazado continuista, pero con ajustes 

El trazado planteado por la Generalitat consiste, en su mayor parte, en la intención de pasar de uno a dos carriles por sentido en la CV-95. Sin embargo, incluye modificaciones relevantes en algunos tramos para evitar travesías urbanas. Uno de los cambios más destacados está entre Orihuela y Bigastro, donde se propone una variante que discurre por zonas de huerta tradicional para esquivar núcleos como Correntías.

Trazado entre Orihuela y Bigastro de la futura CV 95
Trazado entre Orihuela y Bigastro de la futura CV 95

Esta decisión genera inquietud entre colectivos agrícolas y vecinales, ya que el nuevo trazado atravesaría áreas de regadío histórico con alto valor medioambiental. Una preocupación que podría generar alegaciones en el proceso de exposición pública. De hecho, en 2007 la Generalitat ya adjudicó este desdoblamiento, pero el proyecto se tuvo que descartar tras una sentencia del Tribunal Supremo por carecer de evaluación ambiental.

“El nuevo plan solo avanzará si supera este requisito legal”, ha insistido Martínez Mus. Otro punto sensible es el tramo entre Bigastro y Jacarilla, donde el desdoblamiento bordearía zonas residenciales e industriales, y en el barrio de Vistabella, donde discurrirá por suelos agrícolas próximos al camino de La Asomada. En San Miguel de Salinas, el nuevo trazado se aleja del núcleo urbano, desplazándose hacia la cañada de los Aljibes.

Entronque con la N-332

Uno de los retos técnicos más importantes está en el área de Los Balcones, en Torrevieja. Según el plan inicial, la vía se desdoblaría utilizando el trazado actual que divide en dos la urbanización. Martínez Mus ha admitido que se trata de un punto complicado por su posible impacto en la zona residencial y que el diseño aún no está cerrado.

Aún así, el conseller ha asegurado que el proyecto contempla eliminar las rotondas para mejorar la fluidez del tráfico y que se pretende recuperar la velocidad máxima de 100 km/h, rebajada a 80 km/h en el plan anterior. El paso de la CV-95 por el Hospital Universitario de Torrevieja, que cuadruplica el tráfico con respecto a otras zonas, tendrá un tratamiento “preferente y más rápido” en la construcción, aunque se incluirá también en la concesión.

Conseller de Infraestructuras Vicente Martínez Mus
Conseller de Infraestructuras Vicente Martínez Mus

En esta línea, Martínez Mus ha reclamado una reunión entre el Ayuntamiento torrevejense, la Generalitat y el Ministerio de Transportes para coordinar la conexión de la CV-95 con la duplicación de la variante de la N-332, que el actual proyecto del Gobierno no contempla. Por último, en el encuentro también se abordó el refuerzo de la capacidad de la CV-91, la vía que conecta el interior de la Vega Baja con su litoral norte.

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