Adiós a levantar el pie: ya no bastará con frenar al ver un radar en Alicante. La Dirección General de Tráfico (DGT) ultima la instalación de un nuevo tipo de dispositivo —los primeros de estas características en la provincia— que no deja margen al despiste. Se trata de los radares de tramo, un sistema de control que mide la velocidad media de un vehículo entre dos puntos y sanciona automáticamente al infractor cuando se supera el límite permitido.
La obra civil para la puesta en marcha de estos novedosos cinemómetros, que se suma a la instalación de otros tres de carácter convencional en las carreteras alicantinas, ya está ejecutada. Las plataformas y las cabinas sobre las que se montan las cámaras y sensores se encuentran cimentadas y, en algunos casos, los dispositivos incluso ya están colocados.
Así, la Jefatura Provincial de Tráfico de Alicante ha avanzado que las próximas semanas se dedicarán a completar los procesos de configuración técnica, verificar el funcionamiento, realizar la certificación correspondiente del Centro Español de Metrología (CEM), trámite imprescindible antes de su puesta en servicio, y señalizar los tramos. En este sentido, está previsto que los equipos entren en funcionamiento durante el primer trimestre de 2026.
Tres nuevo radares de tramo: ubicación exacta
La DGT ha confirmado que Alicante contará con tres radares de tramo, que se ubicarán en la A-7 y la A-31, las dos principales autovías que atraviesan la provincia de norte a sur y de este a oeste. Estos dispositivos forman parte del plan nacional de instalación de nuevos sistemas de control de velocidad anunciado por el organismo el pasado mes de septiembre.
Estos tres radares se sitúan en dos zonas que soportan niveles “muy altos de circulación”. El objetivo, apuntan desde la DGT, es aumentar la seguridad en las vías con mayor densidad de tráfico de la provincia y reducir la siniestralidad en los tramos más conflictivos con la reducción de la velocidad.
En concreto, en la A-7 el radar de tramo estará situado entre las salidas de Elche Sur y Crevillent, en dirección a Alicante, abarcando una distancia de 4,16 kilómetros entre los puntos kilométricos 523,360 y 519,200.
Por su parte, en la autovía A-31 se colocarán los otros dos radares de tramo de la provincia: uno en sentido Alicante, entre la salida de Novelda y la de Monforte del Cid, con un recorrido de 2,35 kilómetros; y otro en sentido Madrid, entre Novelda y Elda-Petrer, que se convertirá en el tramo más largo vigilado de Alicante con más de 8,5 kilómetros de control.
¿Cómo funcionan los radares de tramo?
A diferencia de los radares convencionales, los de tramo no miden la velocidad en un lugar concreto, sino que registran la media de un vehículo entre dos puntos. Su funcionamiento se basa en un sistema de cámaras que capturan la matrícula a la entrada y a la salida y, posteriormente, un software calcula el tiempo empleado y determina la velocidad.
Si el resultado está por debajo del límite establecido, el sistema descarta la infracción. En caso contrario, se genera automáticamente la denuncia. Según fuentes de la DGT, este método garantiza la objetividad del control y elimina posibles errores de medición, ya que "cuando un vehículo excede la velocidad es porque, sin ninguna duda, lo ha hecho continuadamente”.
Otros nuevos radares en la provincia
Junto a estos tres radares de tramo, la DGT ultima la instalación de otros tres dispositivos convencionales en carreteras de la provincia:
- Uno de ellos estará ubicado en la N-340 a su paso por Elche, en el punto kilométrico 725,060, entre el centro urbano y el Parque Empresarial, en sentido Alicante.
- El segundo se colocará en la CV-70, entre Benidorm y La Nucia, a la altura del kilómetro 44,950.
- El tercero se situará en la CV-920, en Rojales, en el kilómetro 16,600.
Además de estas nuevas instalaciones, la DGT recuerda que a principios de 2025 ya entraron en funcionamiento otros cuatro radares en la provincia. En este caso, están situados en la N-332 en Santa Pola (punto kilométrico 89), en la CV-96 en Elche (km 13,8), en la CV-905 en Torrevieja (km 7) y en la A-77a en San Vicente del Raspeig (km 0,4). Estos se suman, a su vez, a los de titularidad municipal que instaló el Ayuntamiento de Alicante en los accesos a la ciudad.