La huelga convocada este viernes en los autobuses interurbanos de Alicante comienza a dejar sus primeras consecuencias. En estos momentos, la línea 24, que conecta con San Vicente del Raspeig, y la línea C-6, que enlaza con el aeropuerto, permanecen sin servicio después de que varios de sus conductores hayan sufrido ataques de ansiedad tras los momentos de tensión vividos con las personas usuarias debido a las demoras en las paradas.
En concreto, desde el comité de huelga han anunciado que un total de cinco trabajadores han tenido que ser atendidos por los servicios sanitarios por cuadros de ansiedad y algunos se ellos han sido derivado a la mutua.

Y todo ello pese a que a primera hora, la empresa emitía un comunicado en el que aseguraba que los servicios mínimos habían salido “con normalidad” y la huelga se desarrollaba “sin incidencias destacables”. Aún así, avanzaba que los intervalos de tiempo previstos, de una hora en casos como El Campello (línea 21), se podrían ver alterados durante el transcurso de la jornada.
La empresa se defiende: “incremento de costes inasumible”
Desde Automóviles La Alcoyana, concesionaria del servicio de transporte por carretera en L’Alacantí, subraya en el comunicado que “lamenta las molestias que esta protesta pueda ocasionar a los usuarios” y recalca que la vía del diálogo con los sindicatos “permanece abierta”, también con la plantilla de L'Alcoià, que ha secundado su segunda jornada de huelga este viernes.
Sin embargo, la mercantil insiste en que atender el “cien por cien” de las peticiones sindicales “supondría un incremento de costes inasumible para la viabilidad de la empresa” y que "pondría en riesgo su supervivencia".
La dirección recuerda que parte de las reivindicaciones planteadas ya se han implementado y advierte de que el resto “sacaría a la empresa del mercado de transporte de viajeros en la provincia de Alicante”. En esa misma línea, recalcan que las actuales condiciones laborales de los conductores “se basan en convenios colectivos vigentes hasta final de este año” y que estos “contemplan mejoras respecto al convenio provincial del sector”.
El comité denuncia “represión”
Por su parte, el comité de huelga denuncia que la actuación de la empresa al comienzo de la movilización ha sido “deplorable y claramente represiva”, señalando que se les obligó a firmar un documento que califican de “ilegal” sobre posibles sanciones si se incumplen “determinadas condiciones”.
También critican que los servicios mínimos se han modificado “de forma unilateral” lo que habría dificultado el control de su cumplimiento.

Además, el comité rechaza los argumentos de “inviabilidad económica” de La Alcoyana y asegura que la empresa cuenta con un contrato de emergencia con la Generalitat Valenciana (CE-705) —a la espera de la nueva concesión— que le garantiza cinco millones de euros de "equilibrio financiero".
Por otro lado, fuentes sindicales ponen el foco en la explotación "a riesgo y ventura" de la línea C-6. En la actualidad, esta ruta entre Alicante y el aeropuerto cuenta con más de un millón de pasajeros anuales y el comité expone que "a 4,60 euros por billete supone un beneficio neto muy elevado”. Unos ingresos que el comité denuncia que no se destinan, entre otras cosas, a la renovación y mejora del mantenimiento de la actual flota de autobuses.
Respecto a la licitación del nuevo contrato para el autobús interurbano en el área metropolitana de Alicante, los representantes de la plantilla instan a la Dirección General de Transportes a avanzar en su tramitación, puesto que el contrato de emergencias finaliza el 31 de diciembre. “Este bloqueo impide definir los cuadros de descansos y servicios de 2026”, concluyen.